"...un sueño que haga breves las tinieblas…". Marcial
CODA: SOBRE LA MUERTE (como no podría ser de otra forma)
Todas las batallas contra la muerte se pierden antes de empezarlas. El esplendor del combate no radica en el resultado, sino en la dignidad del acto. Paul-Louis Landsberg
… un sueño que haga breves las tinieblas.
Marcial
Dos de Abril: nos levantamos temprano, a las cuatro de la madrugada, y emprendimos viaje a una lejana ciudad, al noroeste: escarpada, antigua y bella. Era el día de la fiesta católica a la que llaman Viernes Santo. Los fieles seguidores de esta religión conmemoran el martirio y muerte del supuesto hijo de su Dios, Jesús de Nazaret, hace dos mil diez años (es una religión necrófila, como todas). Sin el fatal culto a la muerte no habría religiones. A todas, creo, porque apenas sé de esas cosas, les irrita mucho todo lo que suponga celebración de la vida en su vertiente más connatural al género humano: la percepción gozosa del cuerpo. Les guste o no a esas gentes, sólo somos un cuerpo y cuando éste muere se acaba la fiesta. Las dichosas religiones combaten fiera y obsesivamente todo lo que suponga risa y placer de los sentidos (del cuerpo). Por eso y otras muchas cosas no me gustan las religiones…
Y El Fotógrafo dijo:
«Lo mistérico, como elemento a inocular a los haluros de plata, es deseable y apasionante; pero esa búsqueda permanente, esencial,y desquiciada, puede resultar severamente perjudicial para cualquier insustancial deseo de equilibrio».
Testimonio de Edmond Jabés (12 años) sobre la muerte de su hermana (22 años): “Mi hermana murió prácticamente en mis brazos. Yo estaba solo en la cabecera de su cama. Recuerdo haberle dicho algo como: No te podés morir. Es imposible. A lo que ella respondió exactamente con estas palabras: No pienses en la muerte. No llores. Nadie se escapa a su destino”. Yo comprendí, aquel día, que había un lenguaje para la muerte, así como hay un lenguaje para la vida. De qué pozo de sabiduría extrajo la hermana de Jabés esas palabras? y Jabés, cómo a los 12 años podía ser tan clarividente? No sé sí él supo a partir de ese momento cuál era el lenguaje de la vida, si es que existe como tal, o quizá únicamente consiste en no articular el de la muerte; ese que se pronuncia en la antesala del fin, cuando se vislumbra la desolada llanura, desconocido desde la vida y que descubrimos cuando ha llegado el momento. Antes no sabemos nada de él, tampoco que probablemente lo traíamos con nosotros, inoculado en la oscuridad nonata. Esa plenitud de pronto descubierta, debe ser uno de los momentos más intensos de la vida, pero tan trágico y efímero… “Saber morir cuesta la vida” Antonio Porchia
TEMAS A LOS QUE NO ASISTIMOS (el domingo por la mañana):
Pleitos con el más allá, por Juan José Sánchez Oro… “diferentes fenómenos relacionados con la vida después de la muerte se han dirimido en los tribunales de justicia. Fantasmas que reivindicaban derechos de autor sobre libros, canalizados por médiums…”.
La siguiente: Basado en hechos reales. El argumento auténtico de 10 películas de terror, por Lorenzo Fernández Bueno y Laura Falcó. “…sucesos paranormales que nos aterrorizan, sin lograr, en la mayoría de las ocasiones, que la ficción se aproxime a lo que realmente sucedió…”.
Estas dos ponencias parecían interesantes a priori, pero eso mismo pasaba con las del sábado y luego … No asistimos. Demasiado riesgo de aburrirnos como el día anterior…