"Sabemos que el polvo de los amantes enterrados durará más que el polvo de las ciudades”. Thomas Wolfe
DIEZ REFLEXIONES EXISTENCIALES DE UN HOMBRE INVISIBLE III.
Me gustaría tener algo que contar, pero no, hoy no tengo nada que decir. En estos casos lo mejor es permanecer en silencio. Me he creado una estúpida dependencia, o mejor dicho, obligación, con este diario. Claro que, por otra parte, está bien porque al menos durante el tiempo que tardo en concebirlo no hay lugar para las coartadas. Hoy, ya que no soy capaz de articular alguna frase con la que me sienta cómodo y como tampoco me apetece salir de mi atalaya a buscar algún síntoma de que sigo existiendo, dejaré que hable Franz Kafka, al que me he encontrado sobre mi mesa con algo que decir « No es necesario que salgas de casa. Quédate a tu mesa y escucha. Ni siquiera escuches, sólo espera. Ni siquiera esperes, quédate en absoluto silencio y soledad. El mundo se te ofrecerá para que lo desenmascares, no puede evitarlo; arrobado, se retorcerá ante ti. »
Ninguno de ellos se habló ni reconoció, sólo se cruzaron. Durante unos segundos, los suficientes, participaron sin saberlo:
el escenario: Camposanto de Pisa.
el azar: los protagonistas cruzando en el momento justo.
el fotógrafo: actuando con premeditación pero sin propósito, salvo el intuitivo, esperando pacientemente a que se produjera una conjunción como ésta.
la fotografía: una vez más, ayudándonos a entender algo sobre el misterio de lo inaprensible.
…Vuelvo a Turín, a la que viajamos hace ya cinco años. Deambulamos por ella unos pocos días y, como siempre hacemos en las ciudades que visitamos, nos sentamos en las plazas, calles y soportales a ver el movimiento de sus gentes y de los forasteros. En Turín, también, a beber –dry martini– a la sombra. Claro, así no hay forma de hacer una obra de la profundidad de la de Pajak, o de enloquecer como Nietzsche, o de suicidarse como Cesare Pavese. La ciudad nos gustó tanto que prolongamos la estancia unos días más de los que teníamos previstos. Pero no tanto como Pajak, cuatro años: «Turín: sobria, anchurosa, exaltante -¡y de una gran melancolía!-. Aquí no existe la alegría; tanto mejor. Nada que recuerde la exuberancia agobiante de los Meridionales»; o Friedrich Nietzsche: «He elegido Turín para que sea mi patria…»; o Giorgio de Chirico que pintó incansablemente sus plazas: «En Turín todo es aparición. Uno llega a una plaza y se da de bruces con un hombre de piedra que te mira como sólo son capaces de hacerlo las estatuas».
FOTO DIDACTICA. Fotografías de personas I. Como los desconocidos no suelen prestarse voluntariamente a los intereses del fotógrafo, es preciso utilizar algún espurio recurso para fotografiarlos, por ejemplo: alejarse prudentemente, aunque esa no sea la mejor opción para obtener la máxima intensidad expresiva, por lo que hay que acercarse más…
Estos son los aprendices de portadores de gigantones en el futuro. Se ejercitan con pequeños cabezudos y en esta imagen están en periodo de concentración y espera hasta que les toque actuar.