"WHAT KILLED the dinosaurios". José Ángel Valente
…Como el de este fantástico Diplodocus, que solo habita en la fantasía que puede crear la memoria. El azar, poderoso aliado, viaja siempre con nosotros. Nunca se le debe desoír. Procuro no hacerlo, aunque a veces me pilla distraído porque emite multitud de señales y, tan impulsivo e inconsciente como soy (o ansioso), suelo salir corriendo detrás de alguna de ellas, la primera que me hace un guiño, pero que casi siempre es la equivocada y eso hace que me pierda la verdadera. No es grave, sencillamente porque es parte del juego. En este caso, afortunada y brillantemente, seguí la buena, que no era otra que la de los fantásticos, desmesurados y bellísimos animales imposibles…
BREVE DIARIO (de incierta e intermitente duración) DE UNA PANDEMIA UNIVERSAL CONTEMPORÁNEA XIV
Asistimos perplejos a las intencionadas e infames mentiras que nos colocan los políticos constantemente, a todas horas, sin tregua ni razón, como es la manipulación de la información y ocultación de los verdaderos propósitos con intención espuria: mantener el poder y la prevalencia ideológica propia, aun a costa de los intereses e incluso la supervivencia de la población. Sí, eso hacen los gobernantes que hemos elegido. Y encima, utilizando un estilo admonitorio, paternalista, manipulador y notoriamente vulgar, que supone un indignante desprecio a la inteligencia de todos nosotros, los “gobernados”. Ni siquiera atienden a las formas, como sería disfrazarse de cómicos (tipo Joker). Todo eso ocurre cada día en interminables ruedas de prensa donde no contestan a ninguna de las preguntas que les hacen unos medios de comunicación flácidos e indulgentes. En cada respuesta ofrecen un lamentable, autocomplaciente y machacón mitin de lo que ya traen aprendido y que suele ser mentira; por ejemplo, y resumiendo: si les preguntan por el número de test que supuestamente realizan, ellos contestan –que hay que lavarse las manos-, o cualquier otra tontería que nada tiene que ver con la pregunta. Y todo así. Como si fuéramos idiotas (que lo somos). A los periodistas les parece bien porque han aceptado que no haya posibilidad de repreguntas o réplicas (por algo será, me temo), y la monstruosa falacia adquiere proporciones elefantiásicas con la complicidad de todos lo que salen en la tele y los que no. Culpables todos. También nosotros, los despreciables y coherentemente despreciados ciudadanos. Aceptamos sumisamente la gran infamia y, en las encuestas de intención de voto, aupamos más alto todavía al partido del “amado, presuntuoso y compulsivo embustero”, y tampoco castigamos al compañero de viaje y colaborador necesario, “el gran timonel, zarrapastroso comunistoide, doctrinario y partidario de obsoletas, antidemocráticas y fracasadas ideologías, tanto como supondría tratar el dichoso Covid19 con Vicks vaporub”. Estos neocomunistas son incomparablemente más antiguos e inelegantes que los originales, tipo Lenin, Mao o el Che, dónde va a parar. Los podemitas de camisa de cuadros y mochila, con su casposa imagen setentera, jamás podrán, ni de lejos, acercarse al poder icónico del Mao warholiano, por ejemplo. La absoluta falta de glamour artístico es, sencillamente, insoportable (si nos tienen que joder, que al menos se esfuercen un poquito estéticamente y contraten a un Jeff Koons o a un Damien Hirst cualquiera). Eso sí, la estructura mental, política y moral de estas gentes es exactamente igual a los de antes, salvo que los clásicos convocaban el sentido legendario y épico de las aventuras imposibles, mientras que estos solo parecen garrapatas parasitadas en los pliegues del poder. Todos ellos, titulares y meritorios, cada minuto del día, se revuelcan en el cenagal de su pavorosa ansia de poder, al calor de nuestras sumisas ovaciones, que nos llevarán a la más absoluta e irredimible ruina. Y encima están todos (no se muere ninguno) dispuestos a masacrarnos impunemente.
PS: este hermoso y remotísimo animal de pega (como ellos) posee unos agresivos cuernos, los mismos que soportamos todos los días en nuestro trasero.
…De cualquier modo no hay que rasgarse las vestiduras por la aparente o supuesta infección conceptual, porque lo que verdaderamente importa es la calidad, interés y fuerza de las obras. Si la Señora Muñoz, llevada de su exacerbado amor por la antropología, hace fotos de gorilas, da igual la motivación intelectual, lo único importante es que las fotos de los gorilas sean espléndidas, y si es así, pues vale. Yo, que también tengo una cierta afición por la antropología, me remonto mucho más atrás que la Señora Muñoz, y lo que me gustaría es fotografiar dinosaurios, pero ya no hay, se han extinguido, así que fotografío los de plástico o de lo que estén hechos, en un parque que había en Rasnov. No es lo mismo que ir a la selva, pero también había muchos árboles…
…Además, están los títulos o «entradillas» de lo que serán los microrrelatos fotográficos. Estas breves introducciones, que más bien tendrán la intención y el formato de título (largo tal vez), también me complicarán mucho la vida, aunque ya se sabe: -sin complicación, tensión y exigencia no hay vida-. Por ejemplo, la serie de fotografías de dinosaurios de juguete será ésta: «El desengaño debe remontarse a las eras geológicas quizá los dinosaurios sucumbieron a él…» Emil Cioran….
DIGRESIÓN TRES.-Redención (Tyrannosaur). Reino Unido (2011). Guión y dirección: Paddy Considini. Intérpretes: Peter Mullan, Olivia Coldman, Eddie Marsan, Ned Dennehy. Película de una belleza sombría y brutal. Y lo es por la autenticidad con la que son capaces los personajes de abrumar dramáticamente. Nos dicen: nuestra vida es muy difícil, apenas si conseguimos soportarla, y os la vamos a contar. Y lo hacen, desgarradoramente, con unos actores que son capaces de supurar violencia, desesperación y todas las carencias imaginables. No hay paz en ninguno de ellos y parece que nunca podrá haberla. Lo que transmite cada uno de ellos de sí mismo es perfectamente creíble porque alude a la dificultad de vivir en paz consigo mismo y con los demás. Como telón de fondo de todo,está la religión como refugio precario para las vidas extraviadas de los personajes. No les sirve de nada, claro, porque al primer embate serio de la tormenta de la vida, el vulnerable entramado de idealizadas mentiras vuela por los aires y les deja a la intemperie. En ese momento lo único que sirve verdaderamente es que alguien te agarre fuertemente y te salve de caer al vacío. Lo demás son falacias, vanas fantasías que han perdido la gracia y el sentido que pudieron tener. Los humanos solo nos podemos redimir desde la carne propia y con la ayuda de otros seres tan carnales y deficientes como nosotros. De eso habla esta película y lo hace desgarradamente. También de la posibilidad e imposibilidad del amor. Los actores están insuperables, solo con mirar atentamente sus expresiones sientes un infinito agradecimiento por su sublime trabajo.