“…Lo eterno en la fugacidad del instante”. Charles Baudelaire
En la plaza de la Catedral todo sucedía dentro de una lógica universal, sólo el sol, a veces, era caprichoso.
Oh, sorry. Todo está en ruinas. Este era un edificio elegante. ¿Qué ha sucedido? No comprendo. Yo sí comprendía todo. Comprendía demasiado. Y guardé silencio.
Carne de perro. Pedro Juan Gutiérrez
Lo que es insoslayable es que, finalmente, uno sólo puede construir con los materiales que tiene y que le pertenecen por derecho propio, porque son suyos y siempre lo han sido. Otra cosa es que sea capaz de sacarlos a la luz o que, por pereza, desinterés, falta de ambición o lo que sea, no lo haga. Pero, claro, eso también forma parte del íntimo e intransferible equilibrio propio.
-Las fotografías enfáticas- es el título de esta serie, según me dice el «fotógrafo». También me informa que por el momento no me va necesitar más. Me pidió ayuda para la presentación del capítulo de CIUDADES. Hemos trabajado juntos durante diecinueve días y diecinueve series. Sospecho que ya no me aguanta (yo tampoco a él). No quiero decir que más adelante no te vuelva a necesitar -me dice-. Pienso: -ya veremos si a mí me pasa lo mismo-. Ah, se me olvidaba decir que me llamo José Maseli y soy pariente lejano del «fotógrafo». En algún remoto, desconocido e indeseable momento, nuestros componentes genéticos se deben haber cruzado, de lejos, espero, porque no me gustaría nada que hubieran llegado a entrecruzarse realmente. Bien está lo que bien acaba. Creo. Por ello, voy a hablar brevemente de esta serie. Es una de las que más me gustan del capítulo CIUDADES. Todas las fotografías están realizadas con película infrarroja de Kodak y son irrepetibles, porque ese soporte ha dejado de fabricarse definitivamente (me cuenta apenado, el «fotógrafo). Todavía quedan algunas marcas que fabrican torpes remedos de esa prodigiosa película. ¡Qué lástima! porque para nuestro «fotógrafo» era un recurso perfecto, ya que ofrecía unos resultados melodramáticos absolutamente acordes con su carácter «melodramático». Ningún otro fotógrafo que yo conozca, salvo algunos clásicos como Minor White, ya desaparecido, la han utilizado para fotografías de expresión personal. No, si después de todo este individuo-fotógrafo posee algo de originalidad (esto último lo digo para reconciliarme un poco con él, porque al fin y al cabo no me cae mal del todo). Hasta pronto (espero).
COSAS DE LOS JUEVES: doce de marzo. Decido ir a Madrid a ver una exposición temática y temporal sobre La sombra, en el Museo Thyssen. Llevo mi vieja cámara grande. También un libro para leer en el tren: Las dos amigas y el envenenamiento de Alfred Döblin, autor al que todavía no he leído. Hace un tiempo esplendido, soleado y primaveral. Me siento estupendamente. Me noto el cuerpo saludable y la cabeza despreocupada. Perfecto. Nada más pisar Madrid, saco mi vieja cámara de la bolsa y me dispongo a mirar, por si veo algo…