"La melancolía es una forma de poesía". Wallace Stevens

Donde más he bailado en mi vida ha sido en el laboratorio; es un lugar en el que me dejo llevar por una cierta alegría vitalista y a veces bailo (debe ser por espontáneas sensaciones de omnipotencia). Hoy no; no sólo no lo hago, sino que me desplazo pesadamente, de cubeta en cubeta y de negativo en negativo. A veces paro y escribo. Esta fotografía, la de ayer y las que mostraré los próximos días están positivadas bajo un PELIGROSO abatimiento y desánimo.


Estoy asombrado porque, inesperadamente (o no tanto), muchas de las imágenes que se me ocurren tiene que ver, de algún modo, con el arte de vanguardia, secretamente…o así me lo imagino. Sí, aunque no llego a ellas a través del concepto, sino de la intuición y el deseo, cuando las vislumbro me parecen esenciales, y lo son porque no hay un porqué. Por ejemplo ésta, que parece alejarse de la lógica y el sentido; cuando la vi, me pareció esencial, imprescindible. La hice, obviamente, y no porque pudiera tener un propósito que fuera capaz de articular mediante palabras sino porque como imagen tenía todo el sentido del mundo, ¿quién lo entiende? Yo no del todo, por supuesto, pero eso está bien, eso es fundamental para mí, ese es el sinsentido pleno de sentido que busco.«Cualquier actividad ligada a la vanguardia, suponiendo que la vanguardia aún existiera (lo que a medida que pasaban las horas ponía yo más en duda) no debía perder de vista nunca el lado político; un lado que requería que se tuviera en cuenta también que quizás nada nos sentaría mejor a nosotros, pobres mortales, que un día la vanguardia desapareciera, pero no de agotamiento, sino todo lo contrario: porque, a través de una corriente invisible, se hubiera transformado en fuente de energía absoluta y convertido ella misma en nuestra fascinante propia vida». Enrique Vila Matas



TRÍPTICO SOBRE LA VOLUNTAD DE ESTAR Y ADEMÁS SER I. Escribo sin tener ni los más elementales «estudios» (de letras, sólo me sé el abecedario y eso porque fui oficinista y me encargaba del archivo). Me interesa la cultura, siempre he procurado estar cerca de ese mundo, pero he tenido y tengo con ella una relación paradójica: cuanto más me acerco, más inaprensible me resulta, hasta el punto de que, a estas alturas, me siento más inculto que un abrelatas. La música me acompaña todo el día, pero no he conseguido nunca enterarme de lo más elemental de su compleja e inabarcable historia, a lo máximo que llego es a situar en el tiempo, grosso modo, las distintas épocas musicales. Veo películas diariamente y poco puedo decir de ese lenguaje, salvo decidir lo que me gusta o no…