"No importa cuán falso sea el tema, una vez fotografiado es como si fuese real". Hiroshi Sugimoto
…Sí, porque en esos lugares abandonados me gusta realizar «performances» para mi uso y disfrute. En esos sitios suelo fotografiar con ganas todas las tonterías que se me ocurren, como cuando era joven, «…hay una cierta nostalgia de la genialidad perdida, de esa genialidad que casi todos tenemos entre la infancia y la adolescencia y que luego se aletarga o se esfuma». Enrique Vila Matas. En mi caso, como desde siempre he sufrido (o disfrutado) un cierto retraso en mi evolución (entre diez o quince años), ese proceso supuestamente genial (siempre según Vila Matas), debí tenerlo a los veinticinco, aunque lo dudo un poco. En caso de que sea cierta mi teoría del retraso, ahora debo andar por los cuarenta años o poco más. No está mal…alentador…
NOTICIAS DE LA DICHOSA NUEVA WEB XXVII: creo entender, más o menos, lo que ocurre cuando aparece un motivo fotografiable, y no es otra cosa que responder a un deseo de reinterpretar lo que veo frente a mí. La poesía reinterpreta unas determinadas percepciones, sensaciones, deseos, o como queramos definirlo, con palabras. Las palabras son los instrumentos y materiales con los que construimos un mundo propio, pero también los fotógrafos lo hacen ayudados de una cámara, a través del visor en el que reencuadran el mundo, una minúscula parte de él, y con esa elección, junto a otras, crean su propio poema, como si de palabras se tratara. Eso es lo que he pretendido hacer siempre en fotografía, construir un mundo propio… «A veces, por lo menos, logro tener la dignidad del fracasado». Peter Handke
Hace unos días me sorprendió mucho que hubiera un número extraordinario de visitas a pepefuentes.com. Desde mi ciudad nada menos que veinte; no son muchas, pero como normalmente sólo hay dos o tres y una es mía, el hecho me resultó llamativo. Miré las –fuentes del tráfico– y comprobé que eran desde una Asociación fotográfica local. Me aventuré a mirar qué había dentro y me encontré con un –sitio- extraordinariamente activo, en el que también había una gran cantidad de fotógrafos-participantes sosteniendo esa incesante inquietud activa. A saber: talleres, exposiciones, foros, concursos, noticias, intercambio de experiencias, jornadas…Me abrumé y me salí, no sin antes comprobar que, salvo a un compañero de generación que estaba en esa «movida», al que respeto mucho por cierto, no conocía absolutamente a nadie de los que aparecían visibles en la superficie…
A propósito de ayer: llevo demasiados años haciendo y haciendo, y a veces se me ocurre pensar, sólo durante unos instantes, si no sería hora ya de recoger algún fruto de todo lo realizado. Enseguida me respondo: -No se trata de eso. La clave está en otra parte, aunque tú no sepas dónde-…
…En el centro de la calle, a la sombra, cinco hombres maduros (tanto como yo) daban buena cuenta de un copioso almuerzo a base de tortillas, filetes empanados y vino en abundancia. Nada más verme me llamaron y me invitaron a compartir su almuerzo. Me acerqué tímidamente y tomé un poco de su comida y bebí un trago de vino de unabota llena. Por cortesía. No les fotografié. Por supuesto. Intercambiamos algunos comentarios sobre el pueblo y las gentes que debieron habitarlo; según dijo uno de ellos, llevaba deshabitado desde hacía cuarenta años…