El Arteal, Villacentenos, Hueli y Oreja…o el juego del arte y las formas…
…Pero bueno, no hay que desesperar tan enfáticamente, porque hay voces alentadoras para los que nos empeñamos en lo del amontonamiento de piedras, pero eso sí, con el condicionante del talento y la inteligencia a la que Verdú llama exigencia: «La ventaja de poseer una voz propia es de un valor infinito. Definitivo. Quien en la escritura o en la pintura se expresa a su antojo y con firmeza no hay ojo ni potencia que lo derribe. Pero para ello es necesaria una autoestima trufada de convicción y la convicción abrillantada por una experiencia exigente». Vicente Verdú.
…Sólo me sustento en mi deseo y mi capacidad de trabajo (plagado de momentos de pereza intelectual) porque, como decía el otro día, carezco de cultura (también de creatividad suficiente). A fin de cuentas, el proceso lógico e imprescindible consiste en absorber conocimientos, el devenir de épocas, hitos y logros, reflexionar sobre ellos y saber mezclar toda esa materia con la visión, necesidad expresiva y sensibilidad propia. Ah, y dotar todo ello de un aliento, ambición y vitalidad, indesmayables. Tampoco estaría mal añadir generosas dosis de originalidad, profundidad, y sobre todo talento. Bien, entonces ya tendríamos un potencial artista. Punto y aparte
UNO de OCTUBRE: echo un vistazo a la web a ver si se ha autoeditado el libro diario de septiembre (siempre lo hago los días uno de cada mes) y sí, en este caso la programación no ha fallado; por el momento no lo hace nunca. Las imágenes en la pantalla de las portadas de los nueve meses, en conjunto, me resultan bastante equilibradas y esta armoniosa afinidad hace que puedan comunicarse entre sí y, para mayor adorno y satisfacción, me gustan mucho (por qué no): todas ellas muestran fotografías mínimas, escuetas, directas, de una austeridad y economía de elementos que contribuyen a una cierta contundencia e intensidad en lo mínimo, en la nada que busco incesantemente, y que me causa la ilusión de ser ya un fotógrafo de «estilo definido» (espero que no del todo). Desde luego, lo que si dicen es que en este último año he fotografiado con una cierta coherencia temática y formal. No sé cuánto me durará. Sobre este aspecto de mi quehacer casi no decido, solo sigo el hilo que me ofrece mi desorden ineludible e imprevisible. Todo es puro azar, como el encuentro con la belleza…
UN PRODUCTIVO VIAJE A MADRID (ocho de diciembre) IV. Inventó lo que llamó interiores metafísicos (gran hallazgo) y, sobre todo, para mí, las composiciones urbanas: plazas, estatuas, torres, personajes que caminan a lo lejos por espacios oníricos y trenes que avanzan en la noche hacia destinos a los que parece que no llegarán nunca. Esa es la pintura de Chirico que ha ejercido sobre mí un poderoso influjo. Sin embargo, no me gustan nada sus maniquíes preñados de todo tipo de objetos y arquitecturas; me parecen superficiales, falsamente intelectualizados, forzados, como si quisiera alargar infinitamente hallazgos anteriores. Tampoco me agradan el mundo clásico y los gladiadores; composiciones rígidas y muy torpemente realizadas. Indolentes. En realidad, salvo algunos estimables autorretratos, sobre todo por la teatralización, y la pintura urbana, poco más me parece estimable…
…Sí, en una pared, sin ninguna explicación plausible (no creo que la Abramovic hubiera pasado por allí), se desplegaba un mural de zapatos raídos colgados de clavos. Fotografié encantado, claro, sin modificar ni retocar la composición. Podía haberme apropiado de la idea e incluso probar a escribir un denso argumento sobre el sentido de la composición, al modo conceptual, claro, y así jugar a la «artisticidad», pero no, a mí esas cosas ni me salen ni me interesan.