Rientes sistemas de pesas y medidas…
TODO EMPIEZA DE NUEVO…también tengo que plantearme seguir o no con este diario que de algún modo articula mi cotidianidad, pero como en él no digo nada sustancial, ni siquiera para mí, quizá deba dejarlo. No sé, porque si solo me fijo en lo sustancial, tendría que dejarlo todo. Y, qué hacer a partir de ahí? Tal vez retomar la idea y propósito del -disfrute- pero eso no es real si no está referenciado con logros concretos. Sí, establecer un sistema de pesas y medidas que me sirviera para determinar objetivos de mejora del disfrute, semanales, por ejemplo. Es que si no la vida se desarticula. Me parece que estoy escribiendo muchas tonterías… «Nadie está libre de decir simplezas. La desgracia es decirlas seriamente». Michael de Montaigne
Uno de Abril (martes). Me he levantado con un estado de ánimo neutro: ni animoso ni desganado; ni dinámico ni parado; ni con ganas ni sin ellas. Incoloro. No sé. Lo que sí sé es que hoy no sucederá nada con textura. Solo espero que no haya desgracias. Hoy, que quizá fotografíe pero en mi casa, me gustaría que se me ocurriera alguna imagen tocada por la gracia o que, simplemente, me saliera bien. Qué puedo fotografiar a estas alturas? No lo sé. Deseo realizar imágenes mágicas, irrepetibles y nunca vistas; o, en todo caso y sobre todo, que me dijeran o me explicaran, pero entonces tendrían que ser fotografías de la nada y no sé cómo narices se fotografía eso…
MONÓLOGOS SOBRE ARTE
Capítulo diecisiete. Maurice Ravel
Quizá, lo más significativo de lo que hago cada día sea hacerme acompañar por mis novelas de audible, o los podcasts, aunque eso, últimamente, menos. El otro día, oí un capítulo sumamente interesante del titulado Momentos Históricos de Europa, dedicado a Maurice Ravel. Tuvo una apasionante vida como artista y como personaje ¡¡¡Cuánto admiro a los artistas y como me habría gustado formar parte del gran mundo del Arte!!! No pudo ser. Pero no por eso he dejado de intentarlo toda mi vida, aunque hubo una época de desorientación en el que me dediqué a medrar en el inframundo de una empresa y perdí mucho tiempo que ahora me está faltando, pero eso no es óbice para que reconozca que esos años me permitieron adquirir unos bienes que ahora me hacen la vida más fácil y placentera. Me estoy olvidando del propósito del diario de hoy: traer a colación una cita de Ravel que me resultó especialmente lúcida y esclarecedora y que oí en el podcast que he mencionado, de lo que significa crear para un gran artista como fue él:
“Cuando creaba una nueva manera de expresarme se la dejaba a los demás, no se me pueden arrojar mis obras antiguas a la cara, sé que un artista consciente siempre tiene razón, digo consciente y no sincero porque hay en esa última palabra algo de humillante; un artista no puede ser sincero, la mentira tomada como poder de ilusión es la única superioridad del hombre sobre los animales y cuando se trata de arte es la única superioridad del artista sobre los demás hombres, cuando uno se deja llevar por la espontaneidad empieza la charlatanería y eso es todo, al arte hay que quitarle lo inútil”. Maurice Ravel
Incontestable e inspiradora reflexión. A mí nunca se me había ocurrido ver el hecho de crear desde esa perspectiva, por eso no soy artista, maldita sea.
La Fotografía: Pertenece a una de las épocas más intensas de mi actividad fotográfico-analógica (ahora soy digital y estoy inmerso con pasión y limitaciones en mi New Age fotográfica). Esta fotografía no la he retocado con mis nuevas herramientas, la traigo aquí tal y como la realicé en su día. Sospecho que antes, en algún momento, fui un poco artista, aunque, tal vez, como dice Ravel, un poco charlatán también. Ahora, el valor absoluto para los que quieren ser artistas es la “originalidad” y las redes sociales ¡puaf!
…Afortunadamente, a lo largo de las siete horas que permanecí en Oreja, no tuve noticias de la humanidad. Todo un pueblo vacío, de una sola calle, eso sí, al borde de la extinción física. Un escenario y circunstancias perfectas para que se me ocurran algunas cosas, sencillamente porque las conexiones con la realidad connotativa se reducen al mínimo, todo es Nada ya. Quién fue J.S. en Oreja? Nadie lo sabe ya, seguro. Luego a mí me interesaba; obviamente no por él, sino porque ya es Nada y así debe seguir siendo para siempre y yo doy fe de la Nada que ya es J.S., añadiendo algo de la mía, para que sean dos Nadas en la Nada. Mi aportación tenía que ser visible porque si no, mi vacío podría llenarse de contenido sugerido y sospechoso de una intencionalidad inexistente; eso no podía ser, porque mi momento es el de extirpar y cauterizar todas mis «positivas» intenciones. Sólo deseo la Nada, ni negativa ni positiva, solo ella Sola. Cómo podría fotografiar ambas Nadas (la de J.S. y la mía), él puso su inútil y presuntuosa firma en la que fue su casa, y que ya no es de nadie, y yo unos sencillos caballitos de plástico que compré en los «chinos» y que luego tiré en un rincón. Nada más Nada igual a Nada. Después de esta fotografía, a las cuatro de la tarde, me largué de Oreja. No sé si volveré. «Solo la nada, el gran regalo de la Divinidad, puede ser igual para todos». Antonio Machado