ALGUNAS COSAS QUE ME PASAN CUANDO ME ATREVO A SALIR A LA CALLE I: En realidad no me pasa nada digno de mención, pero esa escasez de relieve y textura existencial es la que me acompaña. Es lo que hay y nada más. Veintisiete de Octubre, por la mañana, me acerqué a un centro médico para que me extrajeran sangre para un análisis (la orina la llevaba en un bolsillo pulcramente encapsulada). La molestísima intervención la había prescrito un urólogo la tarde anterior. De mi edad más o menos, confeccionó mi ficha escribiendo en el teclado con los dedos índices, muy, muy lentamente (escritor no era, o sí, vete tú a saber). A las nueve y veinte, exquisitamente puntuales todos, me recibió una mujer joven encargada de hacerme la extracción. Me trató de tu, y eso me puso de buen humor (me sienta mal que se dirijan a mí de usted), tanto me agradó que consiguió que el pinchazo no me doliera…
18 NOVIEMBRE 2015
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