DIGRESIÓN DOS. Perros de paja, John Gray. (2002). CUATRO.
Capítulo: El engaño II.
4.1. «Schopenhauer replicó…Nuestra experiencia real no es una en la que elegimos libremente nuestro modo de vida, sino una en la que somos arrastrados por nuestra necesidades físicas: el miedo, el hambre y, por encima de todo, el sexo. El sexo, tal y como escribió Schopenhauer es uno de los últimos múltiples pasajes de inimitable expresividad que animan sus obras, «es el fin último de casi todos los esfuerzos humanos».
4.2. «Nietzsche insistió en que la compasión no era la virtud suprema, sino más bien un síntoma de vitalidad débil. Si la compasión se convertía en el elemento central de la ética, la única consecuencia posible que derivaría de ello sería más sufrimiento, a medida que la miseria se tornase contagiosa y la felicidad pasase a ser motivo de sospecha. Schopenhauer sostenía que alcanzamos la compasión por otros seres vivos cuando «nos apartamos de la Voluntad», cuando deja de importarnos nuestro propio bienestar y supervivencia. Para Nietzsche, esa moral de la compasión era antivida».
4.3 «Descartes consideraba a los humanos seres pensantes. Declaró saber que el mismo existía sólo porque se había dado cuenta de que pensaba «pienso, luego existo» y de que los animales eran meras máquinas. Pero los gatos, los perros y los caballos dan muestra de que tienen conciencia de su entorno; se experimentan a sí mismos actuando o no actuando; tienen pensamientos y sensaciones».
John Gray
24 NOVIEMBRE 2015
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