25 JULIO 2019

© 2019 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2019
Localizacion
Feria de arte Arco. Madrid (España)
Soporte de imagen
-35 MM- ILFORD DELTA 3200 (6400)
Fecha de diario
2019-07-25
Referencia
8937

DIGRESIÓN ONCE. Den Brysomme mannen (El inadaptado). Noruega (2006). Guion: Per Schreiner. Dirección: Jens Lien. Fotografía:  John Christian Rosenlund. Intérpretes: Trond Fausa Aurvag, Petronella Barker, Per Schaaning, Birgitte Larsen, Johannes Joner, Ellen Horn, Anders T. Andersen. Con ese título no me quedaba más remedio que ver la película. Me alegro mucho de haberlo hecho. Me pareció genial, aunque con algunos desajustes sin importancia que ni tan siquiera sabría fijar, fueron tan solo cuestiones de matiz o de ritmo narrativo. La historia comienza y finaliza en un escenario improbable, de una sobrecogedora belleza desértica e inmensamente revulsiva y sugerente. En este inspirado escenario suceden ceremonias iniciáticas misteriosas, enigmáticas, surrealistas. A partir de ese sorprendente y perturbador encuentro entre dos hombres de los que nada sabemos, la acción se traslada a una ciudad fría, pulcra e indescifrable en la que los habitantes se mueven en una evanescente y gélida atmósfera, aséptica, silenciosa, perfecta. La sociedad ha llegado a una extraña y desapacible precisión en la que no se admiten veleidades emocionales. El sentimentalismo amoroso es una debilidad incomprensible e innecesaria. El malestar del protagonista radica en que todo lo que hace que la vida sea posible, tal y como la hemos venido entendiendo, se ha extinguido. Todo es perfecto porque nada sabe a nada: el amor o el sexo son puro automatismo, comer o beber está desprovisto de placer y las sensaciones están sacrificadas en aras de una aséptica y eficaz pulcritud. Vivir es una cuestión de fría estética. Hasta ahí el inquietante planteamiento; pero ese enigma hay que llevarlo a lenguaje cinematográfico y es en ese difícil desafío donde la película acierta plenamente y se hace grande. Es creíble y desasosegante por el impoluto movimiento de los personajes en una representación que sorprende de principio a fin. Me pregunto si no estaremos ya muy cerca de llegar a ese mundo de excelente y perfecta incomunicación y si un mundo así sería vivible (cuando el protagonista intenta explicar un sueño a su mujer, ésta le rechaza y le reprocha agriamente su debilidad). Me parece que sí y que a mí, contradictoriamente, muy probablemente, me gustaría. Un síntoma: cada minuto que pasa tengo menos ganas de hablar y percibo a los seres que me rodean tan indescifrables como yo mismo, o como los personajes de esta historia.

Pepe Fuentes ·