20 MAYO 2020

© 2019 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2019
Localizacion
Campeche, México
Soporte de imagen
-35 MM- ILFORD SFX. 200 (800)
Fecha de diario
2020-05-20
Referencia
9628

VIAJE A MÉXICO, Julio 2019.
De Palenque a Campeche:
martes veintitrés, por la mañana y primera hora de la tarde.

Salimos de Palenque en dirección a Campeche (366 Km) en torno a las once y media.
El conductor se llamaba Luis. Hombre serio, discreto, amable. Durante la primera parte del viaje apenas habló.
En torno a las dos, Luis nos propuso dos restaurantes posibles: uno especializado en carnes a la brasa y el otro en guisos típicos de México, especialmente de cuchara.
Elegimos el primero y en eso tuvimos suerte porque nos ofrecieron elegir entre cinco cortes de carne, todos a cuál más apetitosos, braseados al estilo argentino.
Luis nos dijo que a él la agencia le había dado un presupuesto de trescientos pesos para nuestra comida. La diferencia sobre esa cantidad y las bebidas corrían por nuestra cuenta. No había problema con eso.
Compartió mesa con nosotros. Charlamos sobre distintos aspectos de la vida social y política de México.
Nos interesaba mucho saber cosas del país.
Cuando reiniciamos el viaje seguimos charlando sobre lo mismo y supimos, por ejemplo, que en México, salvo los trabajadores del estado, no tienen pensión de jubilación, luego para proteger su vejez deben tener previsto un plan para el momento en que no puedan seguir trabajando.
A partir de los setenta, y no antes, tienen una pequeña ayuda por parte del estado. Tampoco la sanidad es universal.
En cuanto a él, nos contó que tenía una pequeña empresa con dos coches con los que se dedicaba a dar servicio a las agencias turísticas.
También nos refirió que su mujer, a la que despidieron de su trabajo de recepcionista de un hotel cuando cumplió los cuarenta y cinco años (el consabido problema de que a partir de una cierta edad los empleadores no quieren saber nada de gente madura o mayores, nadie que no sea joven), la dieron mil pesos por año trabajado (unos 50 €) y a la puta calle. Al parecer, era una mujer emprendedora y tenía muy claro que tenía que seguir trabajando: consiguió alquilar un local y poner una pequeña tienda de alimentación. No es fácil la vida en México, sin duda.
Una vez dejamos atrás la zona montañosa de Chiapas, la carretera era ancha, recta y llana. Alrededor se sucedían praderas de pastos y rebaños de ganado, generalmente vacas.
Llegó un momento en que la conversación no dio más de sí y dormitamos un poco.
Llegamos a Campeche a las cinco y media.
Por desgracia, en esta ciudad nos esperaba el peor hotel de nuestro viaje mexicano hasta el momento, viejo y escasamente confortable. Eso sí, se encontraba en pleno centro del núcleo colonial de la ciudad, muy cerca del zócalo y la catedral…

Pepe Fuentes ·