2 AGOSTO 2020

DIGRESIÓN UNA (2). Exit (TV Serie: 8 episodios de 30 m.). Noruega (2019). Guion y dirección: Oystein Karlsen.
Intérpretes: Simon J. Berger, Agnes Kittelsen, Päl Sverre, Tobias Santelmen, Jon Oigarden, Ine Marie, Catharina Vu, Gjertrud L. Jynge, Tim Scott, McConell, Ellen Helinder, Eivin Nilsen.
La permanente levitación de los elegantes individuos sobre la vida normal, la de los comunes mortales, no les evita tener que construir algún tipo de entramado teórico, filosófico tal vez, donde ubicar sus tropelías sin preocupación ni culpa. Ningún problema con eso, para seres tan diabólicamente inteligentes ese hándicap es cosa de poco. La arquitectura existencial la sustentan en un capitalismo codicioso sin otras consideraciones que la máxima ganancia, sin fin; en vivir el momento, un Carpe Diem compulsivo y refinado: más alto, más rápido, más lejos, siempre; hijos, pueden tenerlos o no, pero en todo caso solo son secundarios, una mera consecuencia obviable, un peaje sin importancia por el hecho de casarse (menos para el de la vasectomía que coherentemente, dice: no quiero que los niños sufran, pero no los quiero en mi vida). Ah, y lo del matrimonio solo es necesario como ancla, como fondeadero que les sitúe en el mundo real, pero hacia el que no sienten ningún tipo de obligación, y mucho menos moral. Se vive más desahogadamente sin el peso de las pesadas lealtades. Así de simple  y así de complicado. En cuanto a la puesta en escena de la historia es impecable. Grandes actores, escenarios lujosos, aunque con un toque de racionalismo funcional nórdico, sobrio y exquisito (de diseño), coches y vestuarios elegantes, impecables, diálogos ad hoc propios de gentes de mundo y cabezas muy bien amuebladas, aunque no demasiado cultas (para ese ejercicio no les queda tiempo). Exquisitos, aunque primarios por la imperiosa necesidad de placer, es de agradecer que, al menos, no se muestren bizarros. Todo en su sitio. En cuanto a ritmo y pulso narrativo, también impecable: todo sucede a tiempo a partir de un guion sólido, muy bien elaborado, sin desfallecimientos y con una tensión dramática siempre in crescendo. Serie intachablemente concebida y muy considerada con el espectador, ya que está estructurada en capítulos cortos que la hacen más legible y desahogada. Soberbia y, aunque no tengo ni idea, muy probablemente y dado como acaba, habrá una segunda temporada, aunque tampoco sea necesaria.