30 NOVIEMBRE 2020

© 2020 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2020
Localizacion
Almonacid (Toledo)
Soporte de imagen
DIGITAL (100)
Fecha de diario
2020-11-30
Referencia
8060

DIARIO DE LA GANA Y LA DESGANA 9.
Martes, veinticuatro de noviembre de dos mil veinte.
La experiencia de la asistencia a la consulta del Gastroenterólogo de la que hablé ayer fue muy accidentada, aunque finalmente satisfactoria. Cada vez que salgo de mi casa me ocurren cosas incomprensibles, que solo acierto a explicarme por la proverbial torpeza de mi viejud. Lo primero es que me equivoqué de hospital (me ocurre a veces), llegué al mostrador de recepción y me dijeron que el dichoso Gastroenterólogo no pasaba consulta los lunes en ese centro (era el mismo en el que había tenido la primera visita), que era en otro sitio (los médicos tienen por costumbre escabullirse y hasta cambiar de hospital para no verme). Me fui deprisa y corriendo al otro centro y allí me recibió un tipo joven (no era el mismo que me había visto la primera vez), examinó los análisis y me informó de que todo estaba bien, que hiciera lo que quisiera en relación a la temida colonoscopia. Naturalmente decliné la opción y me di el gustazo de pronunciar la célebre frase de “Preferiría no hacerlo”, lo que me permitió sentirme muy literario. Al Gastroenterólogo de reserva le dio exactamente igual mi decisión (y la bonita frase). Me largué de allí contento: todo estaba bien. Sin embargo, al salir e ir coger el coche, no lo encontré enseguida, tuve que dar dos vueltas al recinto porque no lo divisaba por ninguna parte. Finalmente apareció mimetizado con un BMW más grande y del mismo color, que me impedía verlo (claro, es que es de noche, me disculpé). Quizá mi coche también se escondía de mí, como el Gastroenterólogo titular. Todavía me faltaban dos tropiezos más entre el hospital y mi casa (diez kilómetros): me equivoqué dos veces tomando desvíos desacertados, estúpidos y peligrosos, tanto que hasta tuve que avanzar marcha atrás por una calle de dirección prohibida (claro, es que es de noche, me disculpé otra vez). Lo cierto es que últimamente observo que me desoriento con facilidad. Pensé: –menos mal que todas estas lamentables equivocaciones (tres en una hora) sucedieron en mi ciudad porque si hubiera sido en otra más grande y desconocida no habría conseguido llegar a mi casa hasta el día siguiente-. Toda la noche perdido, dando vueltas y vueltas sin encontrar la buena dirección. Seguro. Nunca he conseguido encontrar ni una sola buena dirección en mi vida, no se me da bien.
Con la serie fotográfica de estos últimos cuatro días, tan interesante, me parece, me tendría que estar haciendo el importante: sí, poético y muy muy artista, y no dedicarme a contar insustancialidades de mi cotidianidad, pero es que a mí el arte, aunque ayude a vivir, me importa cada vez menos.

Pepe Fuentes ·