13 ABRIL 2021

© 2021 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2021
Localizacion
TV. Un lugar para quedarse, de Paolo Sorrentino
Soporte de imagen
DIGITAL 10000
Fecha de diario
2021-04-13
Referencia
9179

DIGRESIÓN TRES. This Must Be the Place (Questo deve essere il posto). Un lugar donde quedarse. Italia (2011). Guion: Paolo Sorrentino y Umberto Contarello. Dirección: Paolo Sorrentino. Música: David Byrne, Will Oldham. Intérpretes: Sean Penn, Eve Hewson, Frances McDormand, Judd Hirsch, Heinz Lieven, Kerry Condón, Olwen Fouere, Simon Delaney.
Una locura, una excéntrica y genial historia de gran originalidad. A la crítica no le gustó en su momento, mira por dónde, sin embargo, a mí me ha encantado. Dijeron cosas tan graves como: “…convirtiendo lo que hasta el momento era una mala película en una película inmoral…”. Sergi Sánchez. Pues no, de eso nada, Señor Sánchez: ni una cosa ni otra; es lúdica y lúcida, radiante de principio a fin. Ver a Sean Penn con atuendo gótico, gesto y actitud de viejo rockero colgado que suelta, constantemente, frases lapidarias e inspiradas,  mascando las palabras, resulta impagable. La primera parte, situada en Dublín donde Cheyenne vive plácidamente en una maravillosa casa, junto a su mujer (Frances McDormand, espléndida, por cierto), es una antología de situaciones divertidas, de un sentido del humor espumoso, fascinante y grave. Luego, se plantea una inesperada road movie, por carreteras solitarias del viejo sur estadounidense, para cumplir una extravagante venganza, heredada de su padre muerto, con el que no habló en treinta años. El padre de Cheyenne, judío, vivió atormentado por una supuesta humillación infligida por un odioso nazi que ha sobrevivido a la derrota, a la conciencia y a los años. Suceden situaciones increíbles a lo largo de la épica búsqueda por bares, gasolineras, carreteras y hasta en el desierto. Finalmente, cuando encuentra al malo, no se venga de él al modo del spaguetti western, acribillándolo (aunque llevara consigo un pistolón); lo fotografía y le obliga a desnudarse, lo que me parece sutil y sofisticado, a la altura de la ridícula ofensa a su padre. Lo bueno, inmensamente inmejorable del cine de Sorrentino, es que no se parece a ningún otro y eso no me puede gustar más, porque su originalidad y heterodoxia es auténtica. Sus películas me parecen absolutamente disfrutables, radicalmente alejadas de frívolas y simplistas ocurrencias. Y serias, aunque no lo parezcan. Plantea la gravedad de la vida en clave de divertida y vital crónica negra. Sí, eso me parece el cine de Sorrentino.
PS: “Algo va mal aquí, no sé exactamente qué pero… algo va mal”. Cheyenne (protagonista).

Pepe Fuentes ·