14 ABRIL 2021

© 2021 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2021
Localizacion
TV. Película La juventud, de Paolo Sorrentino
Soporte de imagen
DIGITAL 5000
Fecha de diario
2021-04-14
Referencia
9177

DIGRESIÓN CUATRO. Youth – La giovinezza (La juventud). Italia (2015). Guion y dirección: Paolo Sorrentino. Música: David Lang. Fotografía: Luca Bigazzi. Intérpretes: Michael Caine, Harvey Keitel, Rachel Weisz, Paul Dano, Jane Fonda, Tom Lipinski, Poppy Corby-Tuech, Madalina Ghenea, Emilia Jones, Mark Kozelek.
Tengo la sensación de que en las películas de Sorrentino,  tan brillantes, luminosas y sutiles, de que todas las graves variables y avatares que intervienen en la vida de sus personajes, como el amor y el desamor, la juventud y la vejez, la risa y las lágrimas, el florecimiento y la decadencia y tantas eventualidades más, son meros pretextos para construir bellísimos escenarios donde representar la buena vida. Para completar su filosofía, sus poderosos recursos estéticos, Sorrentino no permite que los personajes y sus contradictorias vidas le rompan el delicado equilibrio de exquisiteces visuales. Su cine no es frívolo, como puede parecer por lo que acabo de comentar, porque el trasfondo de nostalgia, melancolía y lucidez que abruma a sus protagonistas se percibe sincero, nunca impostado. Solo que, con buen criterio, esos banales por sabidos desgarros él los coloca en segundo plano: a quién puede importar la vejez, el desamor, la decadencia profesional, e incluso que alguien se suicide cuando se está precipitando al vacío. A nadie, absolutamente a nadie, porque lo verdaderamente importante es que todas esas circunstancias ordinarias (también el suicidio puede serlo) te dejen boquiabierto, como a mí. Sí, que la historia que me ha contado en esta película, tan tristemente decadente, tenga un final de una pulcritud estética, como es una enorme canción interpretada por una bellísima soprano en un concierto que más que una representación musical parece la mismísima gloria y la excelsitud de los logros del género humano. Quizá, si en el cine suceden momentos como los que nos ofrece Sorrentino, habrá que confiar en la vida y en el género humano.

Pepe Fuentes ·