16 ABRIL 2021

DIARIO DE ENVEJECIMIENTO VEINTIOCHO, del tres de Abril de dos mil veintiuno (11:00 horas)
… El ser humano es tan solo materia orgánica y, por lo tanto, imperfecta, caduca y  mortal. Eso es una realidad difícil de soportar (el hombre siempre se ha soñado como Dios).
A mí, me parece que la única forma de vivir todavía es enfrentarme a la paulatina descomposición y disolución de mi cuerpo de frente, sin coartadas ni eufemismos. Aspiro a la naturalidad como mecanismo de afirmación y defensa, ya que frívolo no soy.
Podría haberme fotografiado vestido, pero eso se aparta de mi propósito; vestido sería tan solo una representación de mi “ser” social, cultural o coyuntural; desnudo, tan solo soy yo, sin más.
Por eso estas lamentables y quizá innecesarias fotografías, de una brutal fealdad pero consoladoras por ciertas (si me asumo en mi descomposición estaré más tranquilo, me digo).
Y, de paso, confío en obtener un poco de sabiduría, para compensarme de tan desgarradoras confesiones… aunque, me temo, que nada tiene que ver una cosa con la otra.
Quizá ya es hora de que me haga acompañar de algunas citas de hombres importantes que hagan más llevadera esta punzante epifanía: “Hay más razón en tu cuerpo que en tu mejor sabiduría”. Friedrich Nietzsche
La Fotografía: Segunda entrega del cuadríptico de la carnosa decrepitud. En blanco y negro. Después de pasarme cuarenta y dos años fotografiando en blanco y negro (analógico), con intransigente y absurda tozudez, como si de un apostolado innecesario se hubiera tratado, descubro, atónito, que las fotos me gustan más en color (y digitales). Esa mudanza inesperada solo puedo calificarla como de un cruel sarcasmo que me tenía más que merecido. No sé si reír, llorar o rendirme. Procuraré reír, sobre todo, de mi estupidez y de mi cuerpo.
Nota (repetida los cuatro días): No soy nudista ni exhibicionista; tan solo alguien corriente al que le hubiera gustado ser pensador; estas imágenes son únicamente un remedo de un ensayo epidérmico (me quedo en el más acá); a la insondable metafísica no llego porque pensador no soy.