25 ABRIL 2021

© 1984 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
1984
Localizacion
Toledo (España)
Soporte de imagen
-120 MM- ILFORD PAN F 50 (25)
Fecha de diario
2021-04-25
Referencia
838

DICCIONARIO DEL TONTO

FOTOGRAFÍA: “Técnica de fijar y reproducir en un material sensible a la luz las imágenes recogidas en el fondo de una cámara oscura. Representación o descripción exacta y precisa de algo o alguien: su novela es una fotografía de los bajos fondos”.  RAE
Ya no existen las cámaras oscuras y, con su desaparición, tampoco parte del lado mágico y alquímico de la toma de fotos.
Me atrevería a afirmar que la fotografía, por encima de todo, ha aspirado a ser la interpretación poética de la pegajosa y hasta andrajosa realidad circundante. A veces lo ha conseguido, casi siempre a través de la creación de los grandes maestros. Como en todas las disciplinas artísticas son los mejores los que la definen y engrandecen.
Podría escribir mucho, supongo, sobre fotografía, dado el tiempo que llevo dedicado a esta apasionante afición (solo soy un esforzado aficionado).
Creo que la fotografía ha sido y es, probablemente, la disciplina expresiva a la que más está costando entrar a formar parte de olimpo artístico. Tal vez con razón, pero de eso habría muchísimo que discernir.
Quizá, la causa principal sea de credibilidad: nunca ha conseguido desprenderse del todo de su dichosa objetividad y de su aparente facilidad técnica y ahora, con el advenimiento de la New Age digital, menos todavía. Parece condenada a un realismo descriptivo y subordinado a apoyar mejores y más altos empeños (como dice la RAE, que la aboca a misiones descriptivas).
La aparente facilidad de la precisa y exacta reproductibilidad mecánica es un peso muerto que la ahoga (son los cantos en los bolsillos del abrigo de Virginia Woolf). La ahora infinita profusión de imágenes fáciles también la matan (soportes digitales y redes sociales). En realidad, todo la mata y el tiempo y la modernidad la matará más todavía.
Entiéndanse estos graves augurios como referenciados a lo que se esperaba de este lenguaje a principios del siglo XX y, especialmente, en su segunda mitad, cuando aún la fotografía se alimentaba del sueño de desarrollarse en el mundo de las vanguardias, combinando imaginación, repentización de la realidad bajo la alquimia de la mirada, combinada a su vez, con un cierto virtuosismo técnico y artesanal. Ese sueño ha desaparecido por completo casi antes de alcanzar la pubertad. Ha muerto de éxito, y valga el lugar común.
Podría seguir y seguir y seguir especulando, pero no lo haré.
La Fotografía: Un día pensé que en su aparente facilidad radicaba su extrema dificultad. Que en su extrema modernidad radicaba su razón de ser. La exacta reproducción de lo que captaba era el recurso que precisaba el artista o artífice para volar a partir de esa servidumbre y hacer que cualquier cosa pudiera transcender de su mera realidad física hacia otra configuración ideal, creativa y poética; en definitiva: artística. Y ese prodigio se realizaría por sí solo gracias a la única intermediación de una cámara entre la materia y el supuesto talento del fotógrafo. Así de sencillo sería para quien tuviera alma de artista y no hubiera estudiado nada en especial. Era el libre vuelo del diletante, del flâneur rebosante de talento, luz e infinitos horizontes.
Más tarde descubrí que era mentira, al menos en mi caso. La cámara no hace milagros y los procesos fisicoquímicos tampoco. En el tiempo en el que me encontraba inmerso en esas apasionadas creencias, pensaba que fotografiando a un muerto conseguiría mostrar el arcano que es la muerte; y no, después me di cuenta de que un muerto es un muerto, y nada más. La fotografía no sirve para desentrañar enigmas y tampoco para mostrar la verdad porque ésta suele estar un poco más allá y la conforman otros muchos ingredientes a los que la fotografía no puede llegar; es más, si lo intenta, entorpece el encuentro. Ahora pienso que la única solución para ella es ir contra su propia esencia para llegar a ser otra cosa.

Pepe Fuentes ·