EL MAPA DE LOS DÍAS
47. Viernes (23 de Abril de 2021) I
Hoy hemos ido a nuestro sitio preferido a dar una vuelta: yo, a caminar despacio, Charlie a perseguir con saña a unos conejos que son la sombra que nunca alcanza. Él, aunque fracase, se divierte; yo, que ni gano ni pierdo, me divierto menos.
Llevaba la cámara a fin de estrenar un nuevo zoom: 100-200 (medio formato). Mi insaciabilidad fotográfica me llevará a las colas del hambre; hay un valor en mi vida que finalmente acabará conmigo y que no es otro que el de invertir (o gastar) en lo que me ayude a estar activo y, a ser posible, mejorarme (hay que ser generoso con lo que se ama).
Tenía intención de fotografiar unos aguiluchos (entre ocho y diez) que siempre planean lentamente sobre el campo plagado de felices e inocentes conejos; supongo que con aviesas intenciones hacia los prolíficos animalitos (como Charlie).
Habían acudido a la cita los conejos (muchos), pero no se les puede fotografiar porque corren veloces y muy lejos. Los aguiluchos no estaban.
Comencé a caminar y a fotografiar de vez en cuando. Me gustaba lo que me ofrecía el objetivo. Había una maravillosa luz tamizada por algunas nubes.
De pronto, a lo lejos, en la parte alta de una colina divisé unos bultos bastante grandes que nunca habían estado allí. Pensé que pudieran ser personas paradas atisbando el campo. Decidí acercarme para al menos identificar qué podían ser. Y, oh sorpresa, cuando inicié el acercamiento levantaron el vuelo tres pájaros enormes que, por el tamaño, se me antojaron águilas, aunque no es territorio de esos soberbios animales…
La Fotografía: Cuando llegué a mi casa y descargué las imágenes observé que no eran águilas, sino buitres. Enormes. Se pueden ver en la parte superior derecha, al borde de la colina. Se me antoja que me esperaban como heraldos de lo que puede sucederme pronto…