27 AGOSTO 2021

© 2021 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2021
Localizacion
Corral de Almaguer (Toledo)
Soporte de imagen
DIGITAL (100)
Fecha de diario
2021-08-27
Referencia
9060

COLECCIÓN DE MISCELÁNEAS

DIEZ: Sobre la vida sexual de los matrimonios
Un desastre, eso es lo que casi siempre me ha parecido este aspecto de la vida humana, tan mal organizada en algunas cosas (en otras no).
Lo más gracioso del asunto es que yo estoy casado.
La sexualidad deseante, vibrante y excitada concilia mal con la reproductora y proyectiva (vida en común sostenida por intereses compartidos). No, no nos hagamos líos, la sexualidad de alto voltaje pulsional y el erotismo, tan deseables siempre, son otra cosa. Pero, en fin, no voy ahora a desgranar una interminable sucesión de lugares comunes sobre la precariedad sexual en el matrimonio porque todo el mundo sabe de qué va ese espinoso asunto, aunque nadie hable de ello. Hasta yo lo sé.
“Para Schopenhauer también la sexualidad eran la primera fuerza que dirigía la vida humana: «el deseo sexual es el objeto definitivo de casi todos los esfuerzos humanos» John Gray
Si, como dicen los sabios, el deseo sexual es un motor nuclear en la vida de los humanos, es físicamente imposible sostener en combustión esa fuente de energía durante la larga duración que preside las costumbres matrimoniales. Se puede mantener un matrimonio mucho tiempo, pero sobre valores y motivaciones distintas al más puro y natural ejercicio de la sexualidad. Por otras razones, que a lo mejor también valen, pero eso, tan solo, son amores sin cuerpos. Desconfío de esa posibilidad porque, al fin y al cabo, tan solo somos cuerpos y poco más. Sería entonces el matrimonio el panteón donde se guarda la vida en vida ¿me pregunto? No me contesto, faltaría más (todavía estoy casado).
De un modo natural, si dejáramos que el cuerpo se manifestara siguiendo la natural pulsión sexual ¿con cuántas personas podríamos tener sexo deseado y sano a lo largo de una vida? Muchísimas supongo, dependería de la potencia de cada uno y del deseo que pueda generar en los demás. Pero no, eso no ocurre, lo que sí sucede en nuestras vidas es el matrimonio. Por algo será, supongo (imagino que, por la pervivencia racional de la raza humana, entre otras). Al fin y al cabo, la naturaleza siempre se impone sabiamente (como vengo diciendo estos últimos días).
Creo que lo que voy escribiendo, según me viene, se me está yendo de las manos.
Mi emparejamiento y después matrimonio es de muy largo aliento (31 años) y la sexualidad no ha sido del todo mala, todo lo contrario, diría, pero es que nosotros hemos hecho magia. Si no, habría sido que No.
Ahora, tan tarde ya, ni los trucos nos sirven.
La Fotografía: Un marido que, en un arrebato de sinceridad consigo mismo, ha transportado sus deseos sexuales o amorosos incumplidos, igual da unos que otros, abandonándolos en el depósito de los fracasos para que se los coma el olvido y dejen de doler. Hablo de marido, porque es la foto que tengo, pero igual vale para las mujeres. Pero, cuidado, establezco esta asociación por exigencias del guion, porque la foto es la foto, y, como autor de la imagen, afirmo solemnemente que, ni por lo más remoto se me pasó por la cabeza un mensaje tan obvio y simplista como el que acabo de escribir, en el momento fotográfico. Las imágenes, al menos las mías, casi nunca tienen que ver con lo que se puede explicitar en un texto. Tienen vida propia.

Pepe Fuentes ·