16 NOVIEMBRE 2021

© 2021 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2021
Localizacion
Torrecilla del Ducado (Guadalajara)
Soporte de imagen
DIGITAL 5000
Fecha de diario
2021-11-16
Referencia
2143

LOS MICROVIAJES: Provincia de Guadalajara. Segunda etapa (y 7): Sigüenza> Carabias, Palazuelos, Bujalcayado, Salinas de Imón, Imón, Atienza, Tobes, Querencia, Riba de Santiuste, Sines, Torrecilla del Ducado> Sigüenza.
Martes: veintiséis de Octubre de dos mil veintiuno.
De Querencia a Riba de Santiuste. Una gran alcazaba se veía desde muchos kilómetros de distancia, aferrada a la cresta de un empinado promontorio. La espectacular construcción se remontaba al siglo XI y, desde entonces, pasó por diferentes avatares, entre ellos su destrucción en la guerra de la independenci en siglo XIX. Ya en el siglo XX fue subastado y adjudicado a un particular.
Subí hasta la misma puerta de la fortaleza, orientada al oeste. Estaba cerrada, claro, pero eso yo no lo sabía. De cualquier modo, no estuvo mal la experiencia de ir percibiendo como se ensanchaba el horizonte a medida que ascendía.
De Riba decidí acercarme a Torrecilla del Ducado, pueblo deshabitado que no abandonado, en el que también estuve en dos mil trece. Es un pueblo para mí sumamente inquietante ya que se encuentra en perfecto estado de conservación, pero sin nadie en su interior. El caserío permanece entero y cuidado, exactamente tal y como estaba hacia ocho años, me pareció recordar. Tanto las calles como las casas, puertas y ventanas se encontraban en un impecable estado de mantenimiento, como si sus fantasmales habitantes cuidaran primorosamente su espacio vital diariamente. Tuve la sensación de que sus pobladores, sencillamente, se habían ausentado momentáneamente y que volverían por la noche a reanudar sus vidas en el pueblo. Esa idea no me tranquilizaba precisamente.
Me marché enseguida, no quería que la falta de luz me sorprendiera en un lugar que me causaba inquietud y una cierta zozobra. Pasé por Sines, pero no me detuve. No me dio la impresión de que guardara nada de interés.
Llegué a Sigüenza entre dos luces. Dejé la impedimenta en el hotel y salí a cenar a la terraza de la plaza, como la noche anterior. Como ya había cogido un poco el aíre a la ciudad, fui directamente a un bar restaurante a tomarme una copa. Me senté dispuesto a darme tiempo antes de volver al hotel y, de paso, observar a la clientela. En torno mío había alrededor de ocho o diez mesas ocupadas por parejas, casi todas en la sesentena, que tomaban sus consumiciones charlando tranquilamente. Algunos se despedían de otras parejas cuando se marchaban o charlaban amigablemente con quien les servían. Parecía que frecuentaban el bar habitualmente, como parte de una costumbre casi doméstica antes de cenar. La vida de provincias, tan apacible, previsible y que tal vez proporcione una gran paz de espíritu. Espero que no fuera la de los muertos en vida.
La Fotografía: Torrecilla del Ducado: el sol estaba cayendo con rapidez y antes de que se ocultara realicé esta fotografía que denota, al menos eso me parecía, la ausencia de pobladores, pero no así el cuidado protector sobre el pueblo que alguien parecía seguir asumiendo fantasmalmente.

Pepe Fuentes ·