DIARIO ÍNTIMO 30
Miércoles, diez de agosto de dos mil veintidós
Este año se me ha ocurrido referirme a las personas que me han felicitado en mi cumpleaños, aunque no había nada que celebrar. Lo hago porque se me antoja importante por consideración a ellas y por preservar mis recuerdos; a fin de cuentas, este diario está para estas cosas:
Gabriel, mi hijo, cómo no; es la persona más cercana a mí. Será el destinado a bajar el telón de mi vida. Jackie, su mujer; aunque nos vemos una sola vez al año siento hacia ella un gran cariño. Lucía y Emma, mis nietas; maravillosas niñas, guapísimas e inteligentes a las que quiero mucho, pero que no veo.
Naty, todavía mi mujer según el Registro Civil. Ahora ya no compartimos nuestras vidas, pero es una mujer hacia la que siento un infinito cariño, respeto y agradecimiento por tantos años de atenciones.
Natividad, madre de Naty, aunque me exasperaba a veces, mantengo afecto hacia ella; siempre procuré ayudarla en lo que precisara. Ella a mí también.
Marisa, mi prima, con la que mantengo una relación fluida, continuada y afectuosa.
Carmen, mi amiga del alma de estos últimos meses. Hablamos telefónicamente a diario y nos mantenemos sumamente atentos a nuestras respectivas vidas. En su felicitación, ha señalado lo bien que había quedado en el autorretrato
Ángel, mi gran amigo de toda la vida. Desde el año ochenta hemos sabido el uno del otro. Nunca hemos permitido que el olvido gane terreno a nuestra relación.
Carlos, también amigo desde hace más de cuarenta años. Entrañable relación que ya no se romperá, ya no podemos permitírnoslo.
Julián, hermano de Naty, al que tengo la mayor de las consideraciones. Siempre nos hemos tratado con sumo respeto. También me ha felicitado, Carol, su mujer, atenta y simpática.
Armando y Mamen, mis grandes amigos de estos de estos últimos años. Con él mantengo un nivel de confidencialidad intensa . La primera felicitación que he recibido, antes de las ocho de la mañana, ha sido de Mamen, animosa y estimulante.
Ana, hermana de Naty (vive en Inglaterra desde hace muchos años). Siempre nos hemos tratado con afecto y respeto. He agradecido su felicitación, siempre lo hago. Luna y Carla, sobrinas de Naty, jóvenes, guapísimas y cercanas, aunque apenas nos hayamos visto.
Carmen, mi primera mujer, madre de Gabriel. Tengo el mejor recuerdo de ella y siempre nos felicitamos mutuamente para nuestros respectivos cumpleaños.
Fotografía: Charlie Brown en el fondo de un pozo al que se había caído en el paseo de la mañana con Naty (la abertura, a nivel del suelo, estaba tapada por la maleza). Naty, una vez que consiguió localizarlo, me llamó pidiendo auxilio (me encontraba en el supermercado). Volví inmediatamente a mi casa, cargué una escalera, una bolsa grande y una cuerda en el coche y fui rápidamente al rescate. El pozo era estrecho y Charlie no se dejaba meter en la bolsa, estaba muy nervioso; finalmente lo conseguí, até la cuerda a la bolsa y Naty tiró de él hacia arriba. Afortunadamente, a pesar de la altura, Charlie no se había dañado, además tuvimos la suerte que el pozo no tenía agua y que no era demasiado profundo. Cumpleaños sin celebración, pero mucha suerte con Charlie.