DIARIO DE REVELADO
TREINTA Y OCHO, del doce de Julio de dos mil veintidós (1)
En la distribución de mi tiempo diario dedico más tiempo del que me gustaría a navegar por las entrañas de Instagram. Nunca habría imaginado que haría algo así. Pues bien, entre lo que pensaba no hace mucho tiempo, con visos de eternidad, y lo que hago ahora, hay una llamativa distancia.
Cómo estaba antes: autosatisfecho (más o menos) con mis queridas y falsas certezas. Y, sospechosamente aburrido.
Cómo estoy ahora: insatisfecho con mis desasosegantes incertidumbres. E, inmensamente aburrido.
Qué haré a partir de estas aburridas premisas: Nada.
Vuelvo al asunto de Instagram: solo puedo expresar una impresión que deviene en opinión: asombroso todo lo que hay dentro de esa prodigiosa red social.
Sí, porque el caudal tumultuoso de imágenes de altísima calidad es inmanejable. No hay decodificador posible que pueda poner orden ante un magma volcánico inagotable; tanto como el universo mismo, inabarcable, con miles y miles de galaxias que palpitan incesantemente.
Ah, y que no se me olvide, también los videos (no solo hay millones de fotografías, sino también de vídeos). En el formato de video triunfan, sobre todo los animales: los domésticos, perros y gatos, todos listísimos (sobre todo los gatos, entrañables y divertidos); videos de hechos prodigiosos que no sé cómo coño los hacen (parecen trucos digitales tan solo al alcance de gentes de altísimos niveles tecnológicos, supongo). Y, luego, los suicidas tontos, es decir gente que se juega la vida sin mayores planteamientos existenciales.
También hay increíbles artistas que combinan fotografías o vídeos en los que incluyen bandas sonoras con los que completan y enriquecen el mensaje a través de canciones y el alcance de las letras que aparecen sobre impresionadas, a modo de mensaje simbólico y sugestivo de lo que quieren transmitir.
Claro, ante ese caudal icónico inagotable esbozo un gesto bobalicón de asombro y admiración; y tan solo consigo aplicar un escaso margen racional para impedir que entren moscas en mi boca.
Mañana seguiré un rato más con este incomprensible y admirable fenómeno para mí…
La Fotografía: Feria de Arte Contemporáneo de Madrid. Arco 2022 (1)