16 AGOSTO 2022

© 2019 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2019
Localizacion
Feria de arte Arco. Madrid (España)
Soporte de imagen
-120 MM- ILFORD DELTA 3200
Fecha de diario
2022-08-16
Referencia
8900

DIARIO ÍNTIMO 31
Sábado, dieciséis de Julio de dos mil veintidós
AJUSTANDO CUENTAS (conmigo mismo y con el pasado)

EL PASADO. Hace ahora un año que mi larga vida sentimental, junto a la misma mujer, se quebró. Se acabó, inesperadamente. Cuando comenzó ésta, se rompió la anterior; más intermitente, más descomprometida, más subordinada a idas y venidas, sobre todo, más frívola. Esa especie de noviazgo, nunca formalmente reconocido, comenzó en mil novecientos ochenta y siete y duró hasta mil novecientos noventa. Ahora que rememoro aquel tiempo, me doy cuenta de que fue una historia bastante más larga e importante de la que yo guardaba en mi memoria. Acabó mal porque abandonamos el precario espacio que compartíamos abruptamente; en realidad la cobarde y traicionera huida la llevé a cabo tan solo yo.
A partir de ese momento, mil novecientos noventa, mi vida amorosa se articuló en torno a la mujer que ha sido mi compañera durante más de tres décadas, hasta que el año pasado se hizo insostenible (sobre todo, para ella).
Por cierto, después de un año, no he conseguido saber exactamente la verdadera causa del acabamiento, ni ya la sabré nunca. El tiempo ha ido desfigurando los perfiles, la textura de nuestros días y todas las causas que pudo haber (ahora, ya hasta dudo de que realmente existiera esa relación). A veces, cuando me asiste una cierta lucidez me digo que una posible causa objetiva pudo ser que yo había empezado a desprender un hediondo tufo a carne caducada.
Pero no es de mi relación pasada de la que quiero escribir hoy; no, quiero hablar de más atrás, de la relación anterior que se quedó ahí, colgada en el vacío, en un paréntesis de tiempo inconmensurablemente largo que es imposible de procesar y resolver para cualquier humano en su sano juicio.
Y es ahí, en ese contexto absolutamente inconcebible donde aparezco como ser absurdo e insensato. Sí, porque se me ha pasado por la cabeza desafiar al tiempo, y considerar que treinta y tres años es un periodo de tiempo en cierto modo reversible porque por encima de los hechos incontrovertibles está la voluntad de cambiar algo en el decurso de los hechos, tan irreductibles y aplastantes… como si fuera Dios mismo… O, tal vez, es porque amo la literatura, no sé…
La Fotografía: En este relato de cuatro días no habrá fotografías de personas reales, de carne y hueso, sería demasiado explícito, y hasta obvio. La foto de hoy, creación que se encontraba en Arco (edición de 2019), representa a mi tipo de mujer de entonces (sigue siendo el mismo, aunque pasada por los años), y que tiene un gran parecido con las dos mujeres a las que hago mención hoy.

Pepe Fuentes ·