19 AGOSTO 2022

© 2015 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2015
Localizacion
Feria de arte Arco. Madrid (España)
Soporte de imagen
-120 MM- ILFORD DELTA 3200
Fecha de diario
2022-08-19
Referencia
7547

DIARIO ÍNTIMO 31
Viernes, diecinueve de Agosto de dos mil veintidós
AJUSTANDO CUENTAS (conmigo mismo y con el pasado)

EL DESENLACE… Han pasado veintinueve días exactamente desde mi absurda llamada a aquella mujer perdida en un recodo del pasado. Jugué a ser un prestidigitador del tiempo: nada por aquí, nada por allí, nada por ninguna parte, y de la chistera salgo yo, ajado y polvoriento.
Mi gesto resultó heroico por ilógico. La gesta la alimenté con fragmentos de recuerdos en los que me sentí querido por esa mujer y porque yo también la quise, aunque en aquella época tenía una manera muy particular y peculiar de amar a las mujeres (conjugaba de diversas maneras el puro egoísmo).
Ahora, en la dura era de los languidecientes abandonos, siento con demasiada frecuencia la necesidad de ser querido por una mujer. Quizá mis estentóreos y últimos gestos no son otra cosa que un intento agónico de no querer admitir que todo ha acabado ya. Siempre, a lo largo de toda mi vida, he estado acompañado de mujeres y me resisto a admitir que esa compañía, ese asidero vivencial y fundamental para mí ha terminado.
También, en este caso, puede que exista un deseo instintivo de cerrar el ciclo con un gesto simbólico de ruptura entre el pasado y el presente. Ridículamente omnipotente como me siento a veces, pensé que podía realizar una prodigiosa sutura en el desgarro del tiempo, una especie de baipás milagroso que uniera el pasado y el presente, ¡qué tontamente desorientado!.
Naturalmente, el resultado ha sido muy distinto al deseado. Esa misma tarde, -me dije-: -no llamará (y nunca llamó) y será por tres razones: una, no desea volver a verme por ingratos recuerdos; dos, no se atreve a tomar la pequeña pero trascendente iniciativa que tiene entre sus manos; y tres, a estas alturas me ha olvidado por completo y solo represento una desagradable molestia a eludir. En cuanto a la primera opción, me he propuesto mantener una actitud con las mujeres que será de obligadísimo cumplimiento en mi vida: negativas femeninas, tan solo una, la segunda no tendría ningún sentido, sería humillante para mí; en cuanto al segundo supuesto, a estas alturas, no me interesan en absoluto mujeres medrosas, pusilánimes, sin iniciativa, sin fuerza, sin imaginación, sin deseos (o sin la maldad suficiente para ejecutar una fría y diabólica venganza); y, el tercer caso, se define por sí mismo.
El reencuentro podría haber sido enriquecedor (literariamente, también) o catastrófico para los dos, pero, al menos, habría sido; sin embargo, ella ha preferido la nada, tan decepcionante siempre. Sus razones habrá tenido. Al menos no renuncié, en este caso, a mi principio de Mejor Hacer que NO.
En cierto modo me alegro del resultado, porque yo al menos he llevado a cabo lo que se me ocurrió como reconstrucción prodigiosa de la memoria (ella no lo ha entendido así). Ya estamos todos muy mayores para actuar como asustadizos adolescentes. Debemos hacer todo lo que se nos ocurra, no hay tiempo para otra cosa; no hacerlo empobrece el resto de nuestras vidas, que no es mucho.
Asunto cerrado: en cualquiera de los casos posibles, ya es una mujer que no me interesa en absoluto. Ni siquiera podré mantener el buen recuerdo que tenía de ella y ahora será pasto de olvido en paz para el resto de los tiempos.
“Nada rebaja y envilece tanto como dejar de ser amado”. Pascal Quignard
La Fotografía: Arco (2015). Aunque no lo parezca, esta es la enteca figura de mi presente de perdedor. Ahora, quizá, cabe esa famosa frase: –derrotado, pero nunca vencido-, que nunca he sabido muy bien su alcance (se parece tanto una cosa a la otra), más allá de un cierto efectismo literario.

Pepe Fuentes ·