1 SEPTIEMBRE 2022

© 2021 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2021
Localizacion
pepe fuentes (Toledo)
Soporte de imagen
DIGITAL (100)
Fecha de diario
2022-09-01
Referencia
9979

DIARIO ÍNTIMO 32
Jueves, uno de Septiembre de dos mil veintidós

Una separación debería dar, al menos, para pararse y recordar el momento. Si se recuerdan los aniversarios de matrimonio, por ser significativos, por qué no las separaciones que pueden ser y de hecho son, infinitamente más trascendentes. En este momento soy incapaz de acordarme de la fecha de mi matrimonio con Naty, pero del uno de septiembre del año pasado, cuando se materializó nuestra separación, no me olvidaré nunca.
Dediqué unos días de diario en septiembre del año pasado a narrar el disgusto, y el día siete anoté, entre otras cosas, lo siguiente: “Sabíamos cómo hacer y no hacer todo juntos; pero ahora estaremos solos y seguramente muy solos, así que, probablemente, a mí, al menos, me entrará el miedo”.
Sí, he visto las orejas al lobo en varias ocasiones desde entonces, pero me he sobrepuesto con mayor entereza de lo que suponía. Creo que ha sido, para mí al menos (de Naty no sé nada en este aspecto, su vida es enteramente cosa suya), un salto cualitativo en cuanto a asunción de responsabilidad y esfuerzos. La separación nos expulsó a ambos de la zona de confort donde nos solazábamos sabiéndonos protegidos el uno por el otro. A partir de ese momento, cada uno debíamos buscarnos la vida en lo que se refiere a cubrir necesidades afectivas, sexuales, sociales y a hacer acopio de recursos para conjurar la soledad y el silencio. Las separaciones, también van de eso.
No sabía hasta qué punto estaba desentrenado en esos menesteres obligados y no me está resultando nada fácil, pero no por eso lamento nada de lo que me ha sucedido en este último año, me siento motivado para continuar en el empeño de seguir y seguir de pie. No me queda otra.
El tiempo juega en mí contra. Cada año que pasa (hace menos de un mes cumplí un año más) la vejez galopante e inclemente me zarandeará, me irá borrando, desdibujando perfiles e impulsos y dentro de no mucho seré una sombra evanescente, si es que no lo soy ya.
Quizá, lo que mejor me pueda venir ahora o en un futuro próximo, sea estabilizar mi vida efectiva y sexual (mientras pueda), para neutralizar ciertos ataques de ansiedad que me asaltan de vez en cuando; aunque, cada día será más y más difícil. No hay historias de amor posibles frisando la setentena. En ese sentido estoy a punto de pasarme al lado oscuro, o dicho de otro modo, asumir un ensimismamiento (que no solipsismo), ad eternum.
La Fotografía: De hace un año. En la toma original aparezco perfectamente nítido; y, sin embargo, en esta versión de ayer mismo, ya empiezo a difuminarme. El año que viene, ni siquiera seré reconocible. Tan solo un bulto fantasmal.

Pepe Fuentes ·