DIARIO DE VIAJE: Al Sudoeste
Día 1.1 Lunes (19.09.2022)
“En ese terreno, como en todos si bien se mira, el que se aísla pierde”. Fernando Savater
He incluido esta cita de Savater, probablemente, porque ayer y hoy estoy escuchando en Audible su último libro: Solo integral (micro artículos, o ensayos, o testimonios o cualquier otra definición que venga al caso). Me gusta Savater en esta obra y en otras. También la cita que, aunque es de dos mil dieciocho, permanece perfectamente vigente por ser verdad universal y atemporal.
Precisamente por esa importante razón procuro viajar de vez en cuando, para no permanecer en mi torre de marfil (que no es de ese noble material, sino de adusto y áspero hierro). El aislamiento tiene una condición atrozmente peligrosa: es adictivo.
El viaje, escasamente planeado, era al Sudoeste.
La primera parada: Peraleda de la Mata, en la que hay un dolmen conformado por un círculo de piedras verticales, llamado Guadalperal, de sumo interés arqueológico y estético, a la orilla del embalse de Valdecañas. No dudaba en encontrarlo, ayudado por el dichoso navegador, que tan mal me trata a veces; y sí, lo localizaba, pero luego iniciaba interminables bucles por las calles del pueblo que no me conducían a ninguna parte. Después de varios intentos fallidos y dado que en el pueblo no había ninguna indicación, decidí abandonar porque dudé en encontrarlo. No quería pasar toda la mañana en el empeño.
De ahí me dirigí al Parque Natural de Monfragüe. Recorrí carreteras que lo cruzaban y me detuve en algunos puntos de singular belleza. Especialmente en enclaves donde se alzaban imponentes formaciones de piedra, en la misma orilla del río Tajo.
“…el río/desciende azul y lleno de soledad”. Antonio Gamoneda
La Fotografía: Lo que más me gustó fue el río Tajo, que parecía estar detenido, estático, silencioso. La forma que adoptaba mansamente transmitía un sincretismo emocionante que componía la imagen misma del equilibrio de la belleza en la naturaleza.
¡Oh cielo azul –el mismo de mi infancia/eterna verdad vacía y perfecta! /¡Oh suave Tajo ancestral y mudo,/pequeña verdad donde el cielo se refleja! Fernando Pessoa