DIARIO DE VIAJE: Al Sudoeste
Día 2.1 Martes (20.09.2022)
… Dormí bien en la Casa Rural Manuela, en Santa Amalia. La noche anterior di una vuelta por el pueblo, antes de cenar en el único restaurante que vi, en la plaza, y me asombró el trazado urbanístico absolutamente racional: calles rectas, regulares que eran atravesadas por perpendiculares exactamente iguales. El caserío, blanco en su totalidad, lo componían edificios de dos plantas. Apenas había excepciones y todo él era plano, pulcro, limpio, tranquilo. Un pueblo extremadamente decente y adecentado.
Me desperté a las ocho. Abandoné la casa a las ocho y media y me dirigí al restaurante donde había cenado la noche anterior. Tomé un desayuno abundante: zumo de naranja, café con leche y una tostada con tomate y aceite.
De ahí me dirigí a Medellín que estaba a tan solo a siete kilómetros. Medellín es el lugar de nacimiento de Hernán Cortés, aspecto que no era relevante en mi viaje, aunque sí de gran importancia histórica por ser uno de los grandes personajes de la historia de la humanidad.
“Soy emisario de un emperador al que los más grandes príncipes se someten. Él me envía para que el gran Moctezuma le reconozca como señor. Si acepta, podrá señorear sus posesiones. Si no, le haremos la guerra con nuestros truenos, y ya ha visto su poder”. Hernán Cortés (Conquistadores de lo imposible, José Ángel Mañas).
La primera parada la efectúe en la entrada, junto al puente de trazas romanas, pero en realidad construido en el siglo XVII. Bellísimo. La luz era vibrante, el aire fresco y limpio y la temperatura gratísima. Fotografié.
Me dirigí andando hacia el recinto amurallado con una esbelta torre del homenaje. Inmediatamente más abajo se encontraba la Iglesia de San Martín Obispo (S XIII) y detrás el teatro romano. Todos estos enclaves estaban cerrados a la visita por ser martes (no supe qué tenía que ver una cosa con la otra).
En la puerta del castillo entablé conversación espontánea y sumamente agradable con dos viajeros, aproximadamente de mi edad, que me dijeron que llevaban quince días recorriendo Extremadura. Compartimos información (ellos estaban mejor informados que yo sobre la región). Se manifestaron entusiasmados con todas las visitas que estaban realizando en ambas provincias. Yo también, a pequeña escala (solo llevaba día y medio).
Me despedí de ellos diciéndoles que iría a Alange, pueblo al que ellos no tenían previsto ir…
La Fotografía: Conjunto monumental en la falda del cerro que domina Medellín, que abarcaba más de un milenio en unos pocos metros cuadrados.