21 OCTUBRE 2022

© 2022 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2022
Localizacion
Cementerio Saad Hill Santo Domingo de Silos (España)
Soporte de imagen
DIGITAL 2000
Fecha de diario
2022-10-21
Referencia
7493

COLECCIÓN DE MISCELÁNEAS

VEINTIDÓS. Il buono, il brutto, il cattivo (El bueno, el feo y el malo). Italia (1966). Guion: Agenore Incrocci, Furio Scarpelli, Luciano Vincenzoni, Sergio Leone. Dirección: Sergio Leone. Música: Ennio Morricone. Intérpretes: Clint Eastwood, Lee Van Cleef, Eli Wallace, Aldo Giuffré, Rada Rassimov, Mario Brega, Luigi Pistilli. Mi crítico de cabecera (Carlos Boyero), ha dicho de esta película: ¡celebérrima estupidez! A veces se pone injustificadamente estupendo y esta es una de ellas. Pero lo entiendo. A mí, sin embargo, me parece una enorme película. Bien es verdad que, si la someto a un riguroso y ortodoxo análisis, probablemente, no se sostuviera. Pero no, no lo haré (ni puñetera falta que me hace), y me quedaré con lo más inmediato y directo: el placer epidérmico, plástico y épico que supone ver esta película grande. ¿Por qué lo es? Sencillo: Leone, entre otras cosas es un precursor e inventa un nuevo modo de contar historias fantásticas, imaginativas, divertidas, inverosímiles, emocionantes y, sobre todo, bellas. Esta película es un colofón en el llamado spaghetti western, que marcó un antes y un después en la concepción de contar el épico y bizarro oeste. Quedará para la historia del cine. Después de más de cincuenta años, no ha pasado el tiempo por ella. Creo. A eso se llama una creación clásica, desde luego. Llevaba mucho tiempo con ganas de ver esta película, de la que apenas me acordaba y por fin, el diez de mayo de dos mil diecinueve, di un salto en el sillón al tropezarme con ella en la parrilla de un canal de cine. Cinco minutos después estábamos viéndola (Naty no la había visto, es más joven). La disfrutó tanto como yo. ¿Por qué? Por los paisajes (inmediaciones de Covarrubias, que acabo de visitar); por la música de Morricone (la película es, sobre todo, su irrepetible y genial banda sonora); por la enigmática sobriedad interpretativa de Van Cleef y Eastwood, rayana en una especie de automatismo robótico (no me gustó tanto el sobreactuado Vallace); por los espléndidos y escuetos diálogos, impregnados de socarrona ironía; por su desprejuiciado y provocador sentido del bien y el mal (manda a la mierda todos los clásicos y tradicionales valores del cine del viejo oeste); por su esteticista  y agudo sentido de la filmación de unos paisajes inigualables; porque es capaz de emplear casi tres horas en contar una historia intranscendente, sin fatigar en absoluto. Su lucida genialidad: dar a la producción el formato y hechura de las grandes producciones clásicas y conseguirlo con toda naturalidad y solvencia. Gran aventura, gran diversión, gran película.
LA FOTOGRAFÍA: la película la vi en 2019, y en ese momento escribí esta referencia (cuando se llamaba Digresiones); pero la guardé hasta que visitara el escenario donde está rodado el originalísimo duelo final: Sad Hill; que se encuentra en las inmediaciones de Santo Domingo de Silos, que visité hace unos días y fotografié.

Pepe Fuentes ·