6 NOVIEMBRE 2022

© 2022 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2022
Localizacion
Monasterio de Veruela, Zaragoza, España
Soporte de imagen
DIGITAL 102400
Fecha de diario
2022-11-06
Referencia
6248

DIARIO DE VIAJE: Al Noreste
Día 2.2 Miércoles (05.10.2022)

…Llegué al Monasterio de Veruela, cisterciense (s XII, románico y gótico), en torno a las once de la mañana. Comencé la visita nada más llegar, porque, afortunadamente, aunque me ofrecieron incorporarme a un grupo, pude hacerla solo. Menos mal (difícilmente soporto caminar acompasadamente con nadie por sitios que me gusten mucho, y por los demás tampoco).
Nada más entrar me di cuenta de que me encontraba en un sitio especial, de una belleza difícilmente descriptible y, por supuesto, fotografiable.
Lo primero que visité sobrecogido por la armonía y sobriedad de líneas fue el claustro. Pero no era tan solo la inigualable arquitectura, sino la atmósfera que se respiraba, el misterio de los recovecos y las sombras que se cernían en zonas poco iluminadas. Recorrí atento y lentamente todas las zonas y espacios visitables. Fotografié mucho, con entusiasmo y emoción.
Cuando salí del Monasterio me encontré con un mensaje de la mujer que desbarata demasiadas cosas en mí. No puedo controlar ese desorden y pierdo todas las batallas, por dentro y por fuera. De qué sirve lo que te exalta, pero que  no te ayuda a vivir, me pregunté. Me respondí: -lo que acabas de preguntarte es una tontería de las tuyas, porque todo lo que mantiene el cuerpo y el ánimo en tensión es valioso para la vida, es la vida misma. Me pareció bien la respuesta porque suponía uno de los fundamentos de mi permanente lucha por la entereza y la vida digna, como siempre he vivido. Y a olvidar, otro de los sustentos de la regeneración permanente.
Gustavo Adolfo Becquer, junto con su hermano Valeriano, pasaron una temporada en Veruela, donde había ido a reponerse de la tuberculosis que sufrió hasta su muerte (1870). Allí, de mayo a octubre de 1864, escribió Cartas desde mi celda. Aún se respira el aire y el espíritu profundamente romántico de la época de los hermanos Becquer…
La Fotografía:  Sentí una indescriptible emoción tanto en el claustro como en la enorme iglesia, de dimensiones catedralicias, así como en algunas de las salas, como la  capitular o el refectorio (en la fotografía).

Pepe Fuentes ·