20 NOVIEMBRE 2022

© 2022 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2022
Localizacion
Santo Domingo de Silos (España)
Soporte de imagen
DIGITAL 5000
Fecha de diario
2022-11-20
Referencia
7428

DIARIO DE VIAJE: Al Noreste
Día 4.4 Viernes (07.10.2022)

… Llegué a Santo Domingo de Silos en torno a las cinco y media. Fui directamente al Monasterio, abadía benedictina. Nada más entrar desemboqué en el impresionante claustro románico (s XI); de una armonía y belleza difícilmente igualable. Recorrí el perímetro despacio, pero apenas fotografié. También visité el pequeño y rico museo y la botica (1705). A pesar de la singularidad y belleza de todo el conjunto, no me sentí especialmente motivado (no sabría decir por qué, concretamente), tal vez llega un momento, hacia el final del día, sobre todo los que son intensos y este lo estaba siendo, que bajo la guardia y la capacidad de atención.
Después callejeé por el pueblo y rodeé el cuerpo de las construcciones, prolongación del Monasterio, como la iglesia (neoclásica) y otras dependencias, todas ellas de sobria fábrica de granito.
A las seis y media tomé el camino (nunca mejor dicho), hacia Sad Hill, el legendario cementerio del duelo final del western de Sergio Leone. Estuvo bien llegar hasta allí, pero la visita no tuvo especial relevancia. Solo abandono.
Cuando terminé de deambular un rato entre tumbas de atrezo, busqué hotel en las inmediaciones y lo encontré en Lerma (31 Km). Llegué al hotel Ceres ya de noche. Me sorprendió muy gratamente que se trataba de un hotel nuevo, moderno, pulcro, espléndidamente decorado y por el mismo precio que alguno en los que me había hospedado, comparado con este, deleznables. Me duché y salí a dar una vuelta y a cenar. Azarosamente me encontré con un restaurante que contaba con un patio ajardinado, donde cenaban ocho o diez parejas (hombre y mujer) en un ambiente acogedor e íntimo. Tomé una mesa solo, claro. Miré en torno mío y lamenté no tener conmigo a una mujer, especialmente una, porque a mí también me gustaría disfrutar de esa misma intimidad amorosa. Eso a mí, ahora, ya no me toca.
Cené una tostada de anchoas y ensalada, riquísima, pero algo cara. No importaba, me sentía estupendamente.
En torno a las once volví al hotel y esa noche dormí ocho horas plácidamente, sin pesar ni culpa. Gran día, este también…
La Fotografía: En cuanto al emblemático ciprés que se erige en mitad del patio, Gerardo Diego lo exaltó en su poema El ciprés de Silos, compuesto en 1924:
“Enhiesto surtidor de sombra y sueño
que acongojas el cielo con tu lanza.
Chorro que a las estrellas casi alcanza
devanado a sí mismo en loco empeño”.

Pepe Fuentes ·