DIARIO DE VIAJE: Al Noreste
Día 5.2 Sábado (08.10.2022)
… Intenté comer en San Esteban de Gormaz. Uno de los restaurantes que localicé ofrecía menú del día por 20 €, nada menos. Renuncié. De ahí me fui a otro, de un Hotel, pero los sábados no servían menú. Fui a un bar de pueblo, nunca mejor dicho, que no tenían menú, tan solo unas tapas nada apetecibles. Tomé una minúscula ración de tortilla de chorizo y una tapa de ensaladilla con una anchoa o un pescadito o yo qué sé. Ambas horribles, con una cerveza y de postre un café cortado. Todo espantoso. Menos mal que solo me costó 7 €.
Mientras comía observé a la clientela que se apoyaba en la barra, formada por ocho hombres con aspecto de trabajadores del campo. Parecían felices relacionándose entre sí, hasta chistes contaban. Se me ocurrió pensar que la escena era como de película del oeste: el forastero que llega al salón, se mantiene apartado mientras en la barra los vaqueros confraternizan ruidosa y fanfarronamente. No era muy creíble porque todos estábamos desarmados. Tampoco parecía que tuviéramos gana de pelea.
De ahí decidí ir hacia el Burgo de Osma, a fin de visitar esa ciudad, pero había carreteras cortadas y el navegador terminó dejándome, alevosamente, frente a un campo de labranza. Ni se inmutó. Tuve que volver sobre mis pasos, hacer dos o tres bucles innecesarios hasta que finalmente el dichoso navegador me puso en la ruta correcta y pude llegar en torno a las tres y media al Burgo. Me encontré con la Colegiata, un edificio ecléctico en cuanto arquitectura: había trazas góticas y hasta barrocas. Apenas fotografié. Di un paseo por el centro y me encontré con una calle porticada muy larga atestada de bares y de gente en ellos…
La Fotografía: San Esteban de Gormaz: Iglesia románica de nuestra señora del Rivero.