24 NOVIEMBRE 2022

© 2022 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2022
Localizacion
Villaciervos (Soria, España)
Soporte de imagen
DIGITAL 102400
Fecha de diario
2022-11-24
Referencia
6473

DIARIO DE VIAJE: Al Noreste
Día 5.4 Sábado (08.10.2022)

…Poco después de las seis, apresuradamente, me dirigí hacia Calatañazor (44 Km), que, aunque sería la tercera vez que iba (1981,1993) era una de las visitas importantes que tenía prevista. Para añadir más incertidumbre, dado que se me estaba haciendo muy tarde, en una de las rotondas me equivoqué de salida lo que me obligó a volver a la anterior, cambiar de sentido y volver (20 Km más). Llegué a Calatañazor cuando se ponía el sol. Por si fueran pocas las adversidades, como era sábado, estaba atestado de turistas todavía muy activos (todos armados de móviles fotografiándose unos a otros furiosamente). El que no fotografié fui yo.
A las ocho menos cuarto todavía no tenía hotel. Primero busqué en Soria, negativo. Luego en pueblos del entorno y encontré, a la desesperada, una última habitación en Villaciervos (una aldea con hotel de carretera). Al parecer, según me contó la recepcionista, la conseguí por segundos en dura pugna con un motero (a él también le consiguieron una cama, llegó al hotel un minuto después que yo).
Cené en el hotel: sopa de cocido aguada y sardinas a la plancha que parecían boquerones, con patatas fritas recalentadas (la comida del día, salvo el desayuno, estaba siendo un asco). Pero no radicaron tan solo ahí las malas sensaciones durante la cena: cerca de mi mesa cenaba una pareja de provecta edad, en la que ella, semicalva y de expresión tristísima, se mantuvo todo el tiempo en un persistente y terco silencio. En ningún momento contestó a la animosa charla de él, que se dirigía a ella insistente e inútilmente. Ni siquiera miraba a su marido o quién fuera. Un poco más allá cenaba el motero, que parecía feliz (son las cosas de los moteros, la felicidad), o de la diversidad paisajística de los viajes.
Menos mal que cuando subí a la habitación, poco después de las diez, charlé un rato con Carmen y eso disipó la mala experiencia de la cena…¡¡¡Cuánto me ayuda Carmen en mis días de ahora, tan desalentados últimamente!!! Solo puedo quererla mucho.
La Fotografía: Antes de cenar salí a dar un paseo por calles oscuras. Me llevé la cámara, no sé por qué, ya que era noche cerrada, y solo se divisaban unas viejas casas cerradas, con la luna como testigo. No obstante, fotografié.

Pepe Fuentes ·