10 DICIEMBRE 2022

© 2022 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2022
Localizacion
pepe fuentes (Toledo)
Soporte de imagen
DIGITAL 50
Fecha de diario
2022-12-10
Referencia
6642

ADENTRÁNDOME EN LAS TINIEBLAS VII
Martes, veintidós de Noviembre de 2022

Y, de repente,
llega la noche
como un aceite
de silencio y pena.

Álvaro Mutis
Antes, hace tiempo, no sé cuánto, tampoco mucho, dormía toda la noche sin tregua, sin pausa; como si todo estuviera bien (no lo estaba, pero yo no quería saberlo).
Como un niño de desarrollo mental retrasado (lo que siempre he sido).
Últimamente mi relación con la noche y el sueño ha cambiado gravemente.
Nuestro diálogo comienza antes. A las diez, la noche, el sueño, la inconsciencia comienza a reclamarme, a querer que participe en el ritual de adormecimiento diario.
A las once su llamada ya es imperiosa e impaciente. Me dejo llevar, aturdido y vencido.
Mi cuerpo se entrega a la sima ennegrecida de la cama. Duermo enseguida y nunca retengo mi último pensamiento.
Tan solo tres horas después abro los ojos. Comienza un negro balanceo inestable entre la vigilia y el adormecimiento sin sueños. Voy y vengo blandamente, entregado al desconsuelo.
Tengo los dichosos y nefastos dispositivos cerca, sobre una superficie por encima de mi cabeza.
En uno miro información inútil; en el otro, lo mismo, pero con apariencia distinta.
Esos gestos no tienen sentido. Son, simplemente, absurdos. Pero no los cuestiono, no me critico por ellos, han pasado a formar parte de mi vida, o más bien de mis noches, que también son mi vida; ahora más que nunca.
Esas irrupciones sobresaltadas de vigilia aparecen varias veces: a las tres, a las cuatro y media, a las seis menos cuarto… o en cualquier otro momento, pero cada vez más frecuentes. Un poco más tarde, cuando decido levantarme, tengo la sensación de que la noche ha estado preñada de hechos, de situaciones en las que he participado sin ser del todo consciente, pero seguro de haber estado vivo y muerto y ambas cosas a la vez.
Sí, mis noches, ahora que son conscientes de que ya serán menos, se resisten a ser solo pasivas, vacías, planas. Pozos de tiempo sin tiempo. Tan solo descanso de no estar cansado.
Sin contornos, invadidas tan solo por la negrura. Mis noches ya son como mis días: frustradas e impacientes… esto último no es del todo verdad, porque, a fin de cuentas, estoy encantado conmigo mismo y también con mi vida. La culpa de todo siempre es de los demás… ahora es cuando viene estupendamente un sutil toque existencialista: “el infierno son los otros”. Sartre
La Fotografía: “La noche es un mundo que la misma noche alumbra”. Antonio Porchia

Pepe Fuentes ·