ADENTRÁNDOME EN LAS TINIEBLAS XI
Jueves, ocho de diciembre de 2022
“Casi sin darme cuenta,
tanto de lo que amaba
ha ido abandonándome”.
José María Álvarez
… Nunca he leído poesía, salvo algunas cosas y algunos autores, especialmente significativos para mí, como José María Álvarez o Charles Bukowski… también algunos otros; pero siempre autores testimoniales y engañosamente desesperados, porque quienes hablan de sus más íntimas pasiones libremente nunca me lo parecen, sino honestos, vivos, valientes y gloriosamente coherentes. No creo en la vida deprimida y desgraciada de la gente que escribe; si escribes es que estás bien. Yo estoy bien. Pero eso no quiere decir que comulgue con el destino humano en la tierra, o sea un militante de “la vida es bella”, eso nunca, por nada del mundo. Nadie que se crea esa ilusoria patraña podría crear nada digno de interés.
“El escritor no tiene nada que esperar de los demás. Créame, ¡sólo escribe para él!. Julien Gracq
Pero, eso sí, lamento íntimamente no haber tenido habilidades poéticas. Sí, a mí me habría gustado ser poeta, y a ser posible maldito, y ya puestos a evocar lo que no he sido, quizá romántico o vanguardista. Tanto el romanticismo como todos los “ismos” del siglo XX, me parecen los momentos artísticos más innovadores y convulsivos de la historia de la humanidad. Aunque haya habido otras épocas, quizás más sólidas y trascendentes: la arquitectura antigua y moderna; el renacimiento; el clasicismo; la música en su totalidad sea cual sea su momento, y algunas otras edades estelares de la historia. Pero yo solo habría aspirado a lo insólito y nuevo, siempre al borde del intimismo y la marginalidad. Por eso siempre me han atraído tanto los artistas excéntricos.
Por qué esta plomiza disertación sobre arte, disonante con la naturaleza de este capítulo, concebido como una lenta despedida de todo aquello que me habría gustado que fuera y ya nunca será; sencillo, porque entraré en la sima oscura sin la compañía de la poesía, que tanto me habría ayudado a abrirme paso en la procelosa y oscura edad.
En fin, no quiero ponerme demasiado elegiaco (otra forma de la pesadez), como Álvarez, en los dos retazos de poemas que he traído al diario.
Hoy ya no tengo nada más que decir. Otros días igual, pero disimulo. Mutis…
La Fotografía: Más pruebas, irrefutables, de mi productiva actividad del doce de noviembre. Quizá, los estados de desánimo sean especialmente propicios y productivos para el artífice. No sé.
¿Sabes cuando nos derrotaron?
Me refiero a nosotros, los artistas,
Nosotros que habíamos sobrevivido al terror y al oro
¿sabes en qué momento nos derrotaron?
Cuando aceptamos ser y vivir como los otros
Nosotros cuyo único Destino
era la Gloria o el Olvido
Pero eso es agua ya
Pasada. No hay que darle más vueltas
Estamos muertos.
José María Álvarez