COLECCIÓN DE MISCELÁNEAS
Domingo, cuatro de diciembre de dos mil veintidós.
VEINTICINCO: Hoy, en mi audible, a medida que caminaba sin ganas (si no fuera por ese angustioso asunto de la “salud” no caminaría nunca), oía una excelente obra de filosofía inteligible, transparente , transpirable y aplicable a -no filósofos-; simplemente a diletantes como yo.
El ensayo: Cioran: Manual de antiayuda, de Alberto Domínguez.
Brillantes reflexiones de asuntos graves para el género humano, articulados en torno al tronco filosófico de Cioran, como el nacer, el morir, el sentido de la vida, la inteligencia, la filosofía, la sociología, el amor, el sexo y más y más…
Domínguez es capaz de articular un relato dinámico, empedrado de referencias literarias y filosóficas de autores diversos, generalmente filósofos, pero siempre siguiendo la estela de Cioran, tan querido y admirado para mí.
No, no me voy a adentrar a hacer una innecesaria elaboración de las virtudes de la obra, rebosante de sentido común y del humor (viene a ser lo mismo); sino que tan solo voy a transcribir una divertida alusión del autor a las obras de autoayuda a la que nunca he dedicado ni un solo minuto:
“Si hiciésemos una recopilación de lo que dicen en líneas generales la mayoría de los libros de autoayuda, si no todos, es que respetan y reconocen y aceptan una serie de normas; hablen de lo que hablen; dan por sentadas una serie de ideas y creencias que el siguiente decálogo trata de resumir y que todo buen libro de autoayuda que se precie observa a rajatabla:
1. Ser feliz está chupado, la felicidad no es la teoría de cuerdas o el bosón de Higgs. Todo el mundo sabe que hace falta muy poco para ser feliz lo que pasa es que nos encanta llevar la contraria a lo que sabemos, somos así de simpáticos.
2. Siempre hay alguien que está peor que tú, así que alegra esa cara.
3. Desde que a un imbécil al que le tocó la lotería se dio a la bebida y a las prostitutas, se separó, perdió la custodia de sus hijos, se arruinó y acabó viviendo debajo de un puente, una cosa que parece estar clara y es que el dinero no da la felicidad; ergo lo peor que contraer una enfermedad terminal y que tu pareja te abandone, que pierdas el trabajo y todo a la vez que te puede pasar en esta vida, es hacerte millonario de la noche a la mañana.
4. Se puede estar jodido y ser feliz, el autor del libro da por hecho que estás jodido y no eres feliz, puesto que solo los jodidos infelices leen esta clase de libros. Tranquilízate, tu infelicidad, tu malestar, este libro ayuda, pero no hace milagros, tienen los días contados.
5. O eres optimista o eres gilipollas, tú eliges.
6. Como en la Atenas de Platón existía la esclavitud y en el siglo XV quemaban a las mujeres acusándolas de brujería, es evidente que cualquier tiempo pasado fue peor, así que a ti que estás en paro y enfermo, ni se te ocurra hacer de menos aquella época de tu vida en la que llegabas a fin de mes y tenías para comer y el cáncer solo era un signo del zodiaco.
7. Si lo que te hace infeliz es el miedo, no temas nada ni a nadie y serás feliz. Puede que a ti te parezca más fácil no tener miedo cuando uno gana dinero a espuertas y es su propio jefe y gozas de buena salud, pero que va, eso no es cierto.
8. Recuerda que las cosas ya estaban mal antes de que nacieras y que por mucho que te esfuerces continuarán estándolo después de tu muerte. Tu parte de culpa en todo este desaguisado es muy pequeña, así que no te flageles, no eres ningún redentor. Cuanto antes lo entiendas antes dejarás de sufrir.
9. Las autoridades filosóficas advierten que desear perjudica seriamente la salud.
10. Si quieres, ser feliz, cambiar tu manera de pensar, acabar con tu pesimismo, lo que sea, puedes, y si quieres y no puedes es que no has entendido el mensaje del libro así que vuélvelo a leer so mendrugo. Alberto Domínguez
La Fotografía: De la colección de autorretratos del doce de noviembre: Mi puta y envejecida cara seria (no he conseguido seguir el consejo número 2 del resumen de Domínguez), en contraste e íntima relación con el pringoso asunto de la autoayuda.