21 DICIEMBRE 2022

© 2022 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2022
Localizacion
Toledo (España)
Soporte de imagen
DIGITAL 50
Fecha de diario
2022-12-21
Referencia
1033

DIARIO ÍNTIMO 39
(después de doce días de silencio, volvimos a cruzar mensajes…2)

Sábado, diez de diciembre de 2022

… Por la mañana, al campo (al de siempre, que permanece inmutable, pero en estos días, con charcos. Transitábamos por el camino donde Mi Charlie perpetró y llevó a cabo con saña el asesinato de una gallina. Previamente, prendí la correa al collar, por si acaso; y sí, allí estaban, las gallinas que parecen pavos porque son guineanas. Mi Charlie, sin sombra de arrepentimiento, tiró de la correa para seguir con su tarea de exterminio (alimento a un monstruo, a un asesino en serie). No se lo permití, hasta ahí podíamos llegar.
Y así, con esas cosas sin importancia, llegamos a la hora de la comida. Comimos, ambos.
Después, al sillón del estudio a mirar pasar las nubes y los pájaros, tumbado. Observé que las nubes iban hacia el este; y bandadas de cuatro, cinco o seis pájaros, parecidos a las palomas (pájaras) volaban hacia el oeste. Pasaban sobre mi cabeza a intervalos de uno o dos minutos. Y así durante mucho tiempo y muchas bandadas y muchas nubes. No sé el porqué de la manía gregaria de los pájaros (ni que fueran humanos). Cuánto nos parecemos todos los bichos vivientes del planeta.
Mientras, apacible y abstraído, miraba nubes y pájaros, en direcciones opuestas, oía en audible una encantadora novela romántica, plena de sentido del humor, titulada La delicadeza, de David Foenkinos, autor de mucho éxito en Francia, pero que yo no conocía. Como la sencilla novela de “amor” me estaba gustando bastante, investigué al autor y me encontré que sí que me había aproximado a él, al menos en una película, también francesa, a partir de una obra suya: La biblioteca de los libros rechazados, que me gustó mucho en su momento. Es un autor prolífico con bastante obra editada en español; luego le seguiré hasta que meta la pata con alguna de sus novelas y le abandone inmisericordemente. No tengo tiempo que perder ni mitomanías que alimentar.
Luego, escribí la entrada del diario de ayer.
Y después vino mi querido amigo Ángel para ver fútbol muy dialogado (es decir, mucha conversación y poco fútbol). Cenamos los tres Pizza. Tocamos a tres trozos cada uno (Mi Charlie, sabiendo que vendría Ángel, no comió su cena, se reservó para la pizza).
Se fue Ángel, y yo me dispuse a acercarme al territorio “comanche” (léase bar de copas y sitio de ligar, aunque nadie lo haga) de las doce de la noche y de todos los sábados de mi vida, últimamente.
Antes, envié un mensaje a “mi amiga reencontrada”. Nos habíamos reconciliado. Antes de entrar en el supuesto espacio “lúbrico” que no, que realmente no lo es, crucé algunos mensajes más con ella. Me dijo que había pasado una tarde Dickensiana y tranquila. Todo estaba bien en ese momento.
Ah, me olvidaba, por la tarde había terminado la novela, La delicadeza, que lo hace de un modo muy alentador y feliz. Tontamente, me proyecté un poquito, durante un ratito.
Todo continuó del mismo modo, ya dentro del bar, lleno, como siempre, pero ya era domingo, y lo contaré mañana…
La Fotografía: Las nubes hacia el Este. Los pájaros hacia el Oeste ya habían terminado de pasar.

Pepe Fuentes ·