LOS DÍAS 46.1
Lunes, tres de Julio de 2023
Ayer, domingo, no sé. Bueno, sí, tal vez viví, pero en segundo plano. Me refiero a que no tuve contacto presencial con seres vivos, salvo con Mi Charlie. También vino Naty a traerme unas pastillas de preparación para la extracción de sangre de él, para una analítica.
En qué consiste vivir en segundo plano (en tecnología de móviles creo que tiene que ver con actualizaciones de apps, o algo así, no lo sé muy bien); sin embargo, en aspectos vivenciales de orden físico y humano, significaría, se me ocurre, no mantener contacto real y personal con alguien; y tan solo utilizar los soportes digitales como medio de contacto (para qué más). Por ejemplo, he mantenido una relación con una mujer en segundo plano durante un año; cuando yo lo que quería era un primerísimo plano, con intercambio de fluidos y todo. Qué ha supuesto ese estadio secundario: una profunda frustración (menos mal que he conseguido empezar a despejar y eliminar mi patológica estupidez en ese lamentable asunto de retorcida perversidad y he comenzado con un plan de olvido de alto rendimiento).
Sí, sin género de duda, el segundo plano no deseado es una puñetera mierda, por mucho que se esté convirtiendo en el único modo de relación posible.
Pues bien, ayer, domingo, tuve relaciones de segundo plano casi todo el día con un amigo, una amiga y con mi prima. Teníamos mucho que debatir y compartir. Mejor eso que nada, en este caso, claro, porque en otros, maldita la gracia que tiene. Con una amiga, especialmente, nos ocupamos en conversaciones que duraron más de dos horas, en varias llamadas. Estuvo bien nuestro grado de comunicación y sintonía, aunque tratáramos un asunto sentimental grave (era cosa de ella).
No estoy del todo insatisfecho con mi adaptación al mundo del segundo plano (para mi edad, no está nada mal), que consistirá, a medio plazo, en no ver a nadie y tan solo relacionarme con el mundo, o, más bien, con la poca gente que me acompaña ahora en mi vida, mediante herramientas digitales; bueno, el móvil (ahora un poco averiado), coño, que a veces me pongo estúpida e innecesariamente estupendo. Y ya está.
Quedaría el asunto epidérmico, es decir el sexo, que no creo que pueda ser de segundo plano, salvo que me conformara con el porno que nunca me ha gustado y nunca veo (no me vale); o con el consolador onanismo o con el comercio. Debo profundizar en eso -me digo-. Y hacer de ello un estilo de vida propio y asumido.
En este momento (9:30) estoy esperando a que las pastillas que acabo de administrar a Mi Charlie le hagan efecto y pueda llevarle a que le pinchen y saquen sangre.
Como quedan algunas cosas que sucederán hoy, por ejemplo, asistir a una consulta médica por la tarde, seguiré contando mis avatares de hoy en la entrada de mañana…
La Fotografía: Mientras suceda lo que tenga que suceder, seguiré, fotográficamente, con animales aparcados en un zoo cutre, como yo, que también vivo en una realidad -cutre-; o no tanto.