16 JULIO 2023

© 2023 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2023
Localizacion
Pelicula Remini, de Ulrich Seidl
Soporte de imagen
-DIGITAL 12.800
Fecha de diario
2023-07-16
Referencia
10042

DIARIO DE ENVEJECIMIENTO XLII
El síntoma: 1.6 La Vejez y el Futuro
Sábado, quince de julio de dos mil veintitrés

“Quisiera llegar a ser tan viejo que la idea de todo lo que no he vivido dejara de torturarme”. Elías Canetti.
A estas alturas del cuento sobre la vejez, las ideas y sobre todo el modo de situarme vivencialmente ante el devastador hecho, tendría que estar más claro.
Pues No.
Sobre todo, porque lo estoy experimentando, y empiezo a sospechar que eso no tiene porque ayudar en nada. Y no lo hace. Tal vez proyecciones emocionales y sombras amenazantes me lo impidan.
“El envejecimiento es nuestro futuro. Lo disfrazamos con palabras como dignidad, serenidad, honestidad, sabiduría, pero cualquier anciano renunciaría esas palabras con tal de que le quitarás cinco años de encima, o incluso cinco meses…”. Manuel Vilas
Lo que parece claro es que a medida que el tiempo avanza inexorablemente, el espacio temporal que ocupa el futuro empequeñece (obviedad).
Ya no hay margen para propósitos en el tiempo, tampoco para los sueños. La vida se juega en el estrecho espacio de un campo de batalla donde se libra una feroz e incansable batalla por la salud y la supervivencia digna.
Primero, habría que asumir desde la juventud que nuestra existencia está inscrita en el tiempo y que el tiempo estropea; es una perogrullada, pero merece ser dicha repetida, precisada y confirmada”. Michel Onfray
Hoy estoy escribiendo sin ganas, debe ser porque la idea del futuro me confunde y desorienta y, sobre todo, no me inspira en absoluto.
Me gusta la ventana que abre Margarite Yourcenar, con la que estoy plenamente de acuerdo y que, además, creo practicar: “La posibilidad de quitarse la máscara en todas las ocasiones es una de las raras ventajas que reconozco a la vejez”.
Claro, por qué no soltar lo que se siente. Ya no hay que complacer a nadie y tampoco disimular. En la medida que me sienta libre para decir, aunque sea fuera del agobiante marco de la corrección y positivismo (que me toca tanto las narices), más retardaré la impresentable vejez.
“La vejez es recobrar la soberanía”. Michel Onfray
Como es sabido, estoy suscrito a una página de contactos sentimentales (no he llegado a saber si también sexuales), y una encantadora mujer (bastante más joven que yo: 54 años), que debe haber intuido que no transito por los caminos hacia algún venturoso futuro, me ha dicho hoy: “Recuerda que lo positivo atrae a lo positivo”. Preferí no contestar a eso, no darme por aludido, porque lo mismo hasta tenía razón. Poco después, esa mujer se definió con los mismos rasgos de todas las que me encuentro en este ámbito: insustanciales y previsibles hasta el aburrimiento.
Creo que voy a dejar de escribir por hoy, sencillamente porque no se me ocurre nada digno de mención. Eso sí, terminaré con una cita paradójica y graciosa de Catón el Viejo: “Todos quieren alcanzarla, pero una vez alcanzada abominan de ella: esa es la inconsecuencia y la depravación de la idiotez”.
La Fotografía:
De la película Remini (2022), de Ulrich Seidl. Consuelo por dinero. Los viejos necesitamos dinero para pagarnos estancias vacacionales en lugares ideados para nosotros, desechados ya de cualquier posibilidad vital y, sobre todo, amorosa y sensual. La cuestión, amigos míos, radica en que no estamos dispuestos a asumirnos como lo que ya somos: puro material de desecho. Sin Futuro.

Pepe Fuentes ·