LOS DÍAS 49
Lunes, veinticuatro de Julio de 2023
Debería estar tranquilo. Pero lo estoy solo a medias.
Ayer, por la mañana y como siempre, paseo con Mi Charlie. Hemos salido temprano y hemos vuelto antes. Mejor.
Al volver, hemos pasado por la puerta del colegio electoral. Merodeaban, aunque estáticos, diez o doce personas, supongo que votantes potenciales. No me ha gustado su aspecto. Había cuatro policías, pero no me han pedido el justificante de haber votado o de lo contrario. Mejor así.
Luego, pelea con objetos y máquinas de mi casa. He perdido.
Vino Naty a por Mi Charlie, y se lo llevó. Estaré solo toda la semana. Quizá aproveche para acercarme a Madrid a ver alguna exposición, al Tyssen, por ejemplo.
Hacia medio día me ha hecho una visita quien fuera mi cuñado (solo he tenido dos cuñados en mi vida, pero ya no). Hemos charlado un rato y tomado el aperitivo. Ha estado bien, siempre nos hemos llevado bien mi último excuñado y yo.
Por la tarde, (sigo hablando del domingo, veintitrés), me he dedicado a escribir esta entrada y otra del último bloque sobre el envejecimiento.
Luego, cociné una tortilla para cenar con mi amigo Ángel y comentar el resultado de las elecciones, donde no esperábamos sorpresas. Sin embargo, aún ganando no ha sido suficiente. Lo que se ha confirmado es que el país no me necesita para seguir mal funcionando.
La Fotografía: Mi amigo y yo, inmortalizados por Juan Muñoz (broma), riéndonos, a pesar de lo mal que estaban saliendo los resultados de las elecciones. Menos mal que la tortilla me había salido bastante rica. Aunque nos riéramos no estábamos contentos: no entendíamos nada.