1 AGOSTO 2023

© 2023 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2023
Localizacion
Película: Ese oscuro objeto de deseo, de Luis Buñuel
Soporte de imagen
-DIGITAL 12.800
Fecha de diario
2023-08-01
Referencia
10060

 COLECCIÓN DE MISCELÁNEAS 32
Treinta y uno de julio de dos mil veintitrés

No hace mucho tiempo, oí Hombres fatales, de Elisenda Julibert, que me gustó razonablemente ya que analiza las relaciones fatales entre hombres y mujeres, tanto en literatura como en cine, utilizando algunos títulos señeros como material y pretexto de análisis. Carmen, Vértigo, Lolita… y también Ese oscuro objeto del deseo, de Luis Buñuel (1977); a partir de la novela La mujer y el pelele, de Pierre Louÿs (1896), que a su vez es recreación de la célebre Carmen, origen del mito, de Prosper Mérimée.
Para empezar, he de decir que, aunque la película era conocida para mí desde su estreno, ya apenas si tenía recuerdo fidedigno de ella. La volví a ver el otro día, al calor del análisis de Julibert, y tuve dos sensaciones contrapuestas, por un lado, la película me encantó infinitamente más que el recuerdo que tenía de ella; y por otro, me pareció que el análisis de Julibert es sesgado, tendencioso e incompleto. La razón es porque centra todos los aspectos enfermizos por obsesivos que contiene la historia, en la fijación del deseo de Mateo, un burgués adinerado (interpretado por un sobrio Fernando Rey) y por Conchita, una joven criada española (interpretada doblemente por Carole Bouquet y Ángela Molina, ya que se frustró la participación por Maria Schneider y a Buñuel se le ocurrió esta original idea).
La película cuenta como Mateo, un viudo desde hace siete años se obsesiona por Conchita ya que su deseo de poseerla se ve frustrado por el firme, pero engañoso, rechazo de ella (juega con él en todo momento).
Mateo sufre una fijación maniática por Conchita que va mucho más allá del natural deseo sexual, pero que no es amor, sino un afán incontrolado de posesión. Él cree que podrá superar la resistencia a base de dinero y paciencia sacrificial, probablemente como lo ha conseguido en otros casos. Hasta ahí, la estrategia de Mateo, además de vulgar y previsible, se podría calificar como anormalmente normal. Lo que el maduro burgués no ha tenido en cuenta es que Conchita es una joven perversa de endiablada inteligencia, que convierte a Mateo en un humillado esclavo, en un pelele tal y como le define el título de la novela. Él es un pobre hombre, de cultura y valores trasnochados, no es capaz de vislumbrar el alcance de la mala índole de la naturaleza de ella, por lo que Conchita, poseedora de una infalible y gélida maldad lo pisotea y se burla una  y otra vez. Ella no se defiende del abuso de poder de Mateo, por ser rico, como defiende Julibert; no, ella actúa con fría premeditación ajena al dolor que causa. Disfruta de su crueldad con intensa delectación.
No se aparta de Mateo, sencillamente porque él es su víctima y las perversas (Conchita) se parasitan en sus víctimas porque de ellas obtienen la sangre que necesitan como alimento de su irrenunciable perfidia y en este caso, hasta una casa en Sevilla.
En su conjunto me gustó la obra de Elisenda Julibert, con algunas matizaciones, como el caso de este capítulo; y, por supuesto, me entusiasmó la revisión de la película de Buñuel, que me pareció una obra maestra. En realidad, el capítulo sobre  la obra de Buñuel, Julibert tendría que ubicarlo en una obra sobre Mujeres fatales, pues ese es el trasfondo de la naturaleza de Conchita y no de Mateo.
La Fotografía: De la película, Ese oscuro objeto del deseo, de Luis Buñuel (1977). Una de las muchas y retorcidas humillaciones de Conchita a Mateo, el pobre pelele. Moraleja: jamás te permitas una relación en la que puedas ser humillado por notorias y diversas circunstancias.

Pepe Fuentes ·