LOS DÍAS 50
Miércoles, veintiséis de Julio de 2023
Ayer no paso nada, salvo que a las siete me acerqué a un hospital a que me hicieran una resonancia de ambas caderas por lo de mi ahora dolor inexistente en la zona inguinal izquierda. Y, sí, me la hicieron, lo único malo es que tuve que permanecer durante veinte minutos en un tubo acompañado por unos ruidos molestísimos. Me dijeron que me darán los resultados en diez días.
Llevo quince días expulsado de mi estudio por altas temperaturas que incluso podrían matarme (se ha roto el aíre acondicionado). Paso el día por otras habitaciones mendigando a la naturaleza de mi casa mejores condiciones, menos mal que tengo otra máquina de aire, pero no es lo mismo.
Últimamente, estoy leyendo y oyendo obras y viendo películas y series interesantes que me hacen disfrutar. Eso me ayuda a deslizarme por el tiempo con suavidad y sin sufrimiento alguno. En el colmo del bienestar, nadie me molesta.
Hoy por la mañana me he despertado a las siete, he mirado mi móvil para comprobar si el mundo seguía funcionando, y sí, ahí continuaba con sus ruidos cotidianos. Además, el sol ya apuntaba por mi ventana orientada a levante.
En el aparato también he visto que una bella mujer había visitado, de madrugada, mi perfil de la página de contactos y citas virtuales. Como no suele ser frecuente, el hecho me ha puesto de muy buen humor. La he escrito enseguida. Estaba seguro de que no contestaría, pero bueno, ya que estoy apuntado en ese rollo me esfuerzo en escribir a alguna de las mujeres que me gustan, aunque tan solo sea para justificar el gasto.
A las ocho he salido de mi casa con el propósito de cambiar de itinerario en el paseo de la mañana (el único), y para ayudarme en la decisión he cogido la cámara y me la he colgado al hombro, como si nada. He circunvalado la ciudad despacio (me adelantaba todo el mundo), luego la he atravesado por el centro, sin apenas gente en las calles, y he vuelto a mi casa. No ha pasado nada.
El resto del día, nada digno de mención. Y así se va yendo la vida, tontamente.
Como ya preveía la mujer guapa a la que escribí, no me contestó. Ninguna lo hace. Menos mal que yo tampoco escribo casi nunca, salvo casos especiales, y este me pareció que lo era, pero no, no lo era. No me entristece esa estéril y aburrida rutina, solo me enfada un poco, pero menos mal que se me olvida antes de que se haga de noche.
La Fotografía: Al paseo me llevé la cámara por si acaso me encontraba con algo, digno de ser contado. Fotografíe dos o tres veces y luego las borré; tan solo me quedé con esta foto, por nada en especial, tan solo para colocarla en el diario de hoy.