DIARIO ÍNTIMO 69.2
Miércoles, nueve de Agosto de 2023
… Ayer (que es hoy, también), terminé hablando de mi arrebatador e indiscriminado deseo hacia las argentinas, o más bien a la charla o a la expresión hablada argentina (una novia argentina que fuera muda no me serviría de nada, por muy buena que estuviera, físicamente, se entiende).
Bien, querido amigo (yo), desde tu alter ego (ya que me has invocado), te diré que hace mucho tiempo que no hablas de mujeres porque no existen en tu vida (bueno sí, están las entrañables, pero esas no son asunto de este alter ego). Seguro que preferirías no desear a las mujeres (lo sé porque te conozco, aunque no sé si lo suficiente). Pero no, para tu infortunio eso no te sucede, por ahora.
También sé (a mí no me puedes ocultar nada) que, hace unos días tuviste sexo glorioso como hacía mucho tiempo que no tenías, pero a pesar de la altísima intensidad, fue sexo sin amor (aparentemente), pero, eso sí, muy probablemente de mayor calidad que el amoroso. ¿Me podrías desentrañar eso, muchacho grande?
Imagino que la explicación más sencilla y por lo tanto la más equívoca por reduccionista que te tentaría darme, sería que son dos estadios de la percepción diferentes, como dos frecuencias o niveles que no se mueven en el mismo espacio-tiempo. Que en una prevalece la sensualidad y la genitalidad (lo del otro día), muy recomendable, sin duda, porque lo pasaste mejor que bien; y, por otro lado, en el caso de la supuesta novia argentina (competencia del asunto amoroso) habrías entrado en el juego de la dialéctica (otro modo de llamar a la confrontación) con otro (ella) y de ti mismo: del proyecto, del territorio donde se encuentran dos para colegir que nunca podrán ser uno (es imposible, a no ser que entremos en el terreno de la metafísica), de la ensoñación, de la vibración espiritual, del relato y, sobre todo, del ensimismamiento y otras mil cosas más, si no estamos entendiendo mal a Darío Sztajnszrajber, ambos, tú y tu alter ego (yo).
De cualquier modo, teniendo en cuenta como te comportas últimamente, deberías de desentrañar ese arcano del deseo y el amor; y de cómo se entrecruzan cuando lo hacen. Ambos son independientes (pueden funcionar solos), o encontrarse y vivir juntos (la mejor opción posible, me parece); de cualquier modo, a la altura de la vida a la que has llegado te conviene dar una vuelta a todos esos valores y quitarte unos cuantos prejuicios de encima, sobre todo porque son adherencias que has ido incorporando a partir de la experiencia adquirida en tu vivir, pero que ya de nada te servirán en la era septuagenaria.
Creo que todo este asunto puede dar para mucho, así que, con tu permiso continuaré mañana contándote lo que a lo mejor no sabes de ti, del amor y del sexo, porque a veces me pareces un solemne boludo…
La Fotografía: …Campo de pantallas ciegas y mudas y sordas y rotas; y un ser desorientado: la acción tuvo lugar en enero de dos mil veintidós y en ese momento este individuo tenía propósitos razonables y engañosamente posibles y una calidad sexual satisfactoria. Intuía que todo podía estropearse pronto, pero era ajeno al cómo y al cuándo. Todavía, a pesar de su conformidad con su situación afectivo-erótico-genital de ese momento, no sospechaba que la única carne que podría redimirle de su triste condición era la carne joven. Solo la carne joven salva… la carne vieja solo es consuelo, y no, el personaje no es un pederasta, tan solo es un esteta, admirador de la belleza y los gestos amorosos con mujeres jóvenes…