21 AGOSTO 2023

© 2023 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2023
Localizacion
Mi Casa, Mi Patio, Mi Charlie
Soporte de imagen
DIGITAL 500
Fecha de diario
2023-08-21
Referencia
10074

DIARIO ÍNTIMO 70
Domingo, trece de Agosto de 2023

Una terrible sensación de malestar a lo largo de todo el día, desde media mañana hasta que me dormí por la noche: una mujer que me interesaba conocer (de las dichosas páginas de contactos virtuales), y que había expresado la posibilidad de que nos viéramos pronto, la desmontó con una frase de su impecable manual de engaño para tontos como yo: “No es decidir, es dejar fluir. Conocerse lleva tiempo y todos necesitamos un trato amable, personalizado, esperanzador… eso se logra con tiempo y dedicación”.
Claro, todo el tiempo que a ella le gustaría disfrutar intensamente de su fraude mostrándose y escondiéndose y así tener atrapado a la víctima (dentro de unos días contaré con más detalle las estrategias falaces de algunas mujeres).
El problema radicaba, tan solo y nada menos, en el tiempo que tardaría yo en disolver y superar la burla, una vez más. El ver o no a esa mujer o a cualquier otra de semejante perfil carecía de importancia, porque nunca sucede, sencillamente porque no existen. Solo son presencias ectoplasmáticas venenosas. La clave radica en tener suerte y que no te pique una de ellas, de las malas y mortales. Yo no la he tenido. Debe ser porque me consideran víctima propiciatoria y fácil porque se me note el miedo.
Las otras, las supuestamente reales, tampoco existen, pero al menos permanecen escondidas detrás de su condición virtual y si no estableces contacto con ellas puedes salvarte.
A mediodía, temí que el daño me arruinara todo el domingo. Así fue.
Por la noche vi una película larguísima (3 h) de guerra: El submarino, que no había visto. Muy entretenida (pierden los malos, como debe ser).
La Fotografía: El salón nocturno de mi reino en verano: El Patio, anocheciendo. En él se desarrollaron tres crisis al mismo tiempo, eso sí, en una atmósfera de bienestar, agradable temperatura y buen rollo.
Una: en la película El Submarino (pantalla del fondo), la tripulación entera, guerreros alemanes dispuestos a sacrificarse estúpidamente por un perturbado, y además sin que ningún paraíso (Vallhalla) los redimiera de su estúpida inmolación.
Dos: Mi Charlie, centinela alerta, siempre en guardia y dispuesto a luchar encarnizadamente por nuestro territorio: la casa y también El Patio, contra una horda de gatos que nos tienen sitiados y que acechan día y noche al otro lado de los muros. Por ahora ganamos nosotros porque somos los buenos de esta película (los mantenemos a raya), pero no sabemos cuánto tiempo podremos sostener el agobiante asedio.
Tres: Por último, la situación más crítica de las tres: yo mismo, aquejado de una persistente crisis existencial que no veo modo de superar. No salgo en la foto porque habría roto el equilibrio de la apacible imagen al evidenciar mis penosos sufrimientos.

Pepe Fuentes ·