DIARIO ÍNTIMO 72
Miércoles, dieciséis de Agosto de 2023
Ayer, martes, me levanté de un estupendo humor y no sé por qué. La contrariedad del domingo estaba superada. De esa consternación solo me quedaban preguntas sin respuesta porque tienen que ver con la naturaleza del mal rollo humano (en este caso concreto, de las mujeres). Lo bueno es que, a partir de la experiencia negativa acumulada, los riesgos disminuirán sensiblemente, quiero pensar.
Paseé con Mi Charlie, y, después, mientras que en la ciudad se ocuparían en ayudar a la Virgen del Sagrario (la Patrona), libre de pecado concebida, a que ascendiera a los cielos sin contratiempos; yo me dedicaría a escuchar, entre otras cosas, suites de Johann Sebastian Bach, interpretadas por Yo-Yo Ma al violonchelo, y a escribir esta entrada y cualquier otra cosa que se me ocurra, que, como todo el mundo sabe, es lo que más me gusta en este mundo. O, visto de otro modo: hacer lo que me dé la real gana todo el santo día porque ya no concibo la vida de otro modo.
Hoy, a las diez de la mañana, junto con Naty, fuimos a la clínica veterinaria para que hicieran una ecografía a Mi Charlie, ya que de un tiempo a esta parte pierde orina sin que se dé cuenta y todavía no tiene edad (ocho años y cinco meses), para que ese problema biológico aparezca.
No encontraron causa para la pérdida urinaria; sin embargo, detectaron algo anormal en el Bazo: presencia de lesión de gran tamaño: 4,1*6,4 cm, que corresponde a Masa esplénica sugerente de hiperplasia/neoplasia/otros. Es necesario estudio histopatológico para determinar su naturaleza.
Concretamente: un tumor que habrá que diagnosticar su particularidad (benigno o maligno). Tanto a Naty como a mí, nos preocupó mucho la amenaza, a pesar de que nuestro perrito no muestra síntomas alarmantes ni de ningún tipo en relación con una afección tumoral, o enfermedad en general. Comenzamos a gestionar la punción y biopsia o lo que haya qué hacer. Cuanto antes mejor.
No quiero ni pensar el alcance emocional para nosotros que podría tener una enfermedad grave de Nuestro Charlie. Confío en que todo se quede en alarma y nada más.
Posteriormente nos llamaron y nos dijeron que la mejor opción para evitar males inesperados o mayores sería extirparle el bazo. Asusta, aunque, al parecer, no tendría consecuencias graves (puede vivir sin bazo). Sí, pero la amenaza real no es esa, sino la naturaleza del tumor. Empezamos a estar muy asustados. Para mí es impensable que Mi Charlie salga de mi vida…
La Fotografía: Naty y Charlie en dos mil quince, cuando tan solo tenía unos meses. Guapísimo. Atiende concentrado a lo que le dice Naty.