LOS DÍAS 58 y 5
Miércoles, seis de Septiembre de 2023
En arte, el pensamiento original es importante. No hay valor intelectual en el plagio, pero si lo hay en la autenticidad. El arte moderno gira en torno a la innovación y la imaginación, no es statu quo, o peor, las burdas imitaciones. Will Gompertz
… Sí, todo estaba bien en ese momento (doce de la mañana), a saber: mi decisión, de un miércoles cualquiera; el edificio histórico en el que me encontraba y a los fines que le habían destinado; el arte que me rodeaba, sin entrar en matizaciones (mejor arte alrededor que cualquier otra cosa); y hasta los vigilantes estaban bien, (vigilaban desde una actitud amigable) y parecía que tenían ganas de charlar o al menos hacerse presentes con una sonrisa y no desde la actitud adusta de otros museos, en los que parece que te hacen culpable de lo que no has hecho y que eres su imperdonable enemigo. Todo estaba bien entonces, si no pensaba demasiado en nada, ni siquiera en lo que me rodeaba.
La obra colgada, una vez relajado mi entusiasmo inicial, empezó a aburrirme. Me lo explico si tengo en cuenta lo que dice Gompertz en la cita de apertura: el arte moderno es innovación e imaginación; pues claro, por eso suelo divertirme tanto en Arco, porque, generalmente, lo exhibido son productos salidos de la factoría de la más rabiosa actualidad (son moda y tendencia) y están más allá de la modernidad (que ya suele ser tradición). En cuanto a la originalidad, por su condición intrínseca, goza de un mayor espectro, posibilidades y universalidad, por lo que siempre resulta apreciable.
Qué me estaba pasando a mí a las doce y media de la mañana, en el sitio de los amables vigilantes, pues nada en especial, salvo que lo que veía me parecía ya mil veces visto.
El enorme cajón de sastre del arte contemporáneo se está haciendo sofocante y sumamente tedioso. Pondré un ejemplo: Si te enfrentas a una obra informal, o para mejor entendernos, abstracta, de mediados del siglo XX, de por sí fría y conceptual con predominio de la forma sobre cualquier idea de fondo, de autor desconocido belga, el bostezo es un acto reflejo incontenible. De hecho, ese miércoles, en mi ciudad no debía haber gente aburrida (como yo), porque no me crucé con más de cuatro o cinco visitantes en todo el edificio…
La Fotografía: Y entonces, de pronto, me fui.