5 NOVIEMBRE 2023

© 2023 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2023
Localizacion
Salamanca (España)
Soporte de imagen
-DIGITAL 160
Fecha de diario
2023-11-05
Referencia
10120

DIARIO DE VIAJE: a Castilla León Oeste.
Martes: diecinueve de Septiembre de dos mil veintitrés
Día 2.1

Me levanté a las siete menos cuarto de la mañana. Decidí ducharme y correr el riesgo de encontrarme con un vecino en la puerta del baño, con las toallas al hombro los dos, cediéndonos el derecho a pasar primero, en el mejor de los casos ¡¡¡qué puta miseria!!! Me acuerdo de cuando viajé durante años en hoteles de cuatro estrellas y me pregunté qué coño me había pasado para llegar a este grado de precariedad; pero la perplejidad tan solo me duró un segundo, porque me metí en la ducha y me olvidé del asunto.
Salí del hostal-zulo a las siete y media, tan contento porque me esperaba un día estupendo y deseable. Me dirigí en dirección norte que era, más o menos, donde recordaba que había aparcado el coche, tenía que dejar la maleta y comprar ticket de aparcamiento. De pronto paré en seco y miré alrededor y no, no reconocía ninguna calle por las que había pasado la noche anterior buscando el dichoso hostal-camarote. Me dije, un poco asustado: –no tengo ni puta idea de dónde dejé el coche anoche– ¡¡¡Pues empiezo bien el bonito día que me tengo reservado en Salamanca!!!
Después de dar vueltas y vueltas como pollo descabezado me dije: -así no lo encontrarás nunca, tío-. No me arredré y decidí manipular mi teléfono móvil para averiguarlo. Lo conseguí, no sin algún esfuerzo. Me felicité por ello.
La primera visita que hice, ya en plan turista total, fue la Casa de las Conchas, que tan solo estaba a doscientos metros del zulo-hostal (el coche estaba a un kilómetro yendo derechito). La Casa era una biblioteca pública por lo que solo visité los claustros de abajo y arriba.
Todo iba bien en ese momento y poco después fue mucho mejor porque desayuné estupendamente con música de jazz de fondo en un bar para modernos, pero de antes (hasta periódicos tenían para uso de los clientes). Sí, era como un bar de “culturetas y progres” de hace treinta años (me pregunté: siguen existiendo los progres genuinos -me contesto que no-). Yo pertenecí a aquella remota modernidad, que ya casi no me acuerdo como era. Ahora estoy en otras y sucesivas pantallas, en otra dimensión. Me alegra percibirme así porque quiero pensar que no me he momificado. Ahora soy “hiper” de cualquier cosa, moderno, tal vez (espero).
No obstante, todo estaba bien en ese bar, y, sobre todo, el desayuno. Además, el camarero era muy simpático…
La Fotografía: Alude temáticamente a lo que acababa de ver (Casa de las Conchas); sin interpretaciones subjetivas o psicologistas o simbólicas, luego pretendidamente artísticas. Sí, porque los viajes para mí son esencialmente naturalistas: veo lo que veo y ya está, es decir la realidad, lo que hay. A ver si me entero de una puñetera vez de que no soy un artista, sino tan solo un viajero agobiado por la baja calidad de los hostales, la escasez de recursos y la perplejidad viajera. Así son las cosas y así las asumo. Eso está bien, me parece.

Pepe Fuentes ·