DIARIO DE VIAJE: a Castilla León Oeste.
Martes: diecinueve de Septiembre de dos mil veintitrés
Día 2.2
… Después de la Casa de las Conchas, me dirigí a la Universidad, que visité. Apenas si tengo nada que decir de lo que vi allí, salvo que las aulas imponían con su austeridad sombría, tan antigua que sobrecogía el ánimo (toneladas de conocimientos y sabiduría te caían encima). Medieval, es la más antigua de España y del mundo hispánico y la tercera de Europa (1218). Su historia es abrumadora ya que abarca siglos, por lo que adentrarme en esas interioridades académicas, culturales e históricas no es materia de este diario. Yo solo soy un turista feliz y avanzo callado. Pretendí entrar en la Casa Museo de Miguel de Unamuno, autor de mi predilección en mi juventud y casi olvidado durante décadas (demasiado cristiano para mi firme ateísmo); sin embargo, no pude porque no había plaza libre hasta por la tarde en las obligadas visitas guiadas. De viaje, soy incapaz de hacer planes para más allá de la siguiente hora.
Y ahora es cuando toca una cita de Miguel de Unamuno: “Me lo has oído mil veces, aborrezco los hombres que hablan como libros, y amo los libros que hablan como hombres”.
A la vuelta de la obligación que me había impuesto el Ayuntamiento (ticket aparcamiento), di una vuelta por la Plaza Mayor, donde había una parada de la Policía Nacional, con caballos y todo. No supe el motivo de la fiesta (sería un homenaje que se ofrecían a sí mismos).
Después a la Catedral, nueva y vieja, por ese orden…
La Fotografía: Aula Fray Luis de León (s XVI), emblemática y única, en parte, también, por la tremenda singularidad y proyección del profesor: astrónomo, humanista y excelente poeta del renacimiento español… “Decíamos ayer…”