15 NOVIEMBRE 2023

© 2023 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2023
Localizacion
Toro, Zamora (España)
Soporte de imagen
-DIGITAL 12.800
Fecha de diario
2023-11-15
Referencia
10149

DIARIO DE VIAJE: a Castilla León Oeste.
Miércoles: veinte de Septiembre de dos mil veintitrés
Día 3.3

… De Zamora a Toro, estaba cerca (39 km). Llegué a las doce y cuarto. Derechito a la Colegiata Santa María la Mayor, románica (s XII), impresionante templo, muy parecido a la catedral de Zamora. Es el más importante de una ciudad en la que abundaban las iglesias, sumamente interesantes por sus estilos y antigüedad. En la colegiata me dieron sustancial información sobre el resto de los templos y un folleto sobre un posible itinerario llamado Toro Sacro, que comprendía la visita de cinco templos (incluida la Colegiata), para lo que compré entrada. Me avisaron de que tenía una hora para visitarlos todos porque cerraban a las dos y era la una.
A continuación, no sin dar demasiadas vueltas para encontrarla, la Iglesia del Santo Sepulcro, en la plaza mayor; después, San Sebastián de los Caballeros, el cuarto, San Salvador de los Caballeros; y por último, San Lorenzo el Real, dónde entré sofocado, a las dos menos cinco. Pero, lo había conseguido. Me felicité.
El estilo arquitectónico abarcaba distintas épocas (del s XII al XVI), desde el románico al mudéjar, pasando por el gótico y el barroco. En cada uno de los templos, aparte de la estructura e imaginería propia de la época, estaban expuestos imágenes de iglesias de la zona, especialmente crucifijos, como en el último de ellos que visité: San Lorenzo del Real. Todos los templos me resultaron interesantes, aunque, hubiera una gran distancia entre todos y la Colegiata Santa María la Mayor, tanto por la importancia y magnitud del edificio como por el contenido.
Muy cerca del último templo se encontraba la Plaza Mayor, a la que acudí a comer en un restaurante llamado: Plato Largo (excelente título). La camarera, creo recordar que era argentina y atractiva, lo que hizo que se activara mi vivo y último deseo de echarme una novia argentina: si era guapa, mejor; simpática, sería el colmo; y camarera, el no va más. Pero no, ni yo lo intenté, ni ella lo insinuó. Me limité a tomar una buena comida: de primero un excelente pisto de calabacín con huevo poché, de segundo hojaldre relleno de salmón y de postre un dulce a base de mango. Todo perfecto, salvo que en la terraza había viejos, varios, y esta vez me tocaron ruidosos como chiquillos. Insoportables. Tuve que irme enseguida.
Di un paseo por la ciudad de calles vacías a esas horas, parecía un pueblo abandonado o simplemente era que los habitantes habían huido apresuradamente (quizá porque los habíamos invadido los viejos). Intenté visitar el Palacio de los Condes de Requena, pero se encontraba cerrado.
Era el momento de desplazarme a la siguiente parada: Tordesillas. Me fui de Toro hondamente impresionado por la belleza de la ciudad y sus templos y por sus íntimas calles vacías…
La Fotografía: Esta imagen se encontraba en alguna de las iglesias visitadas, pero no recuerdo cuál, o tal vez fue en la Colegiata. No me acuerdo porque en cada una de esas casas del Dios cristiano fotografié y luego se me mezclaron. He elegido esta por la exuberancia barroca y la morbidez del dolor inconsolable (trances dolorosos que tanto se parecen a éxtasis orgásmicos). Pleno de textura emocional, aunque también de frialdad por exceso de impostura y sobreactuación. Sí, pero misteriosa.

Pepe Fuentes ·