12 DICIEMBRE 2023

© 2023 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2023
Localizacion
León (España)
Soporte de imagen
DIGITAL 102400
Fecha de diario
2023-12-12
Referencia
10159

DIARIO DE VIAJE: a Castilla León Oeste.
Sábado: veintitrés de Septiembre de dos mil veintitrés
Día 6.2

… Desde la catedral me encaminé al Musac, andando, no estaba ni cerca ni lejos, tan solo al alcance de mi deseo. Recorrí varias avenidas anchas y crucé algunas plazas. La mañana soleada era inmejorable. Mi estado de ánimo, también. Todo me parecía causa y motivo de celebración: me sentía comodísimo y contento conmigo mismo, un amigo de grata compañía, vamos, aunque no me hiciera ni sonreír. Además, me aproximaba a uno de esos centros o museos o espacios expositivos o como queramos llamarlos donde se exhibe arte contemporáneo (no pueden gustarme más).
Nada más entrar, una vez que recorrí dos o tres salas muy espaciosas, diáfanas, de altos techos donde solo se mostraban unas poquitas obras, dejando alrededor un inmenso espacio que permitía que respiraran y reafirmaran su propio carácter, constaté lo feliz que me sentía en ese momento, en el Museo.
El arte, y sobre todo el contemporáneo, precisa de imponentes espacios de deslumbrante luminosidad para percibir la escala y esencia de las obras, directamente relacionadas con el lugar que ocupan y el aire que las envuelve y las presenta. Esta puesta en escena obra el prodigio de hacer grande las a veces obras de materiales pobres, o minimalistas, o pequeñas en el formato, así como las grandes que lo serán más, si cabe. La heterogeneidad y libertad en cuanto a la forma y el concepto del arte moderno hace conveniente escenarios amplios y generosos que las eleven sobre sus propias limitaciones formales (a veces). Puede que lo que acabo de decir no se compadezca con mi entusiasmo por el arte actual y puede parecer cínico, pero no lo es, en todo caso confuso o contradictorio. Por eso, se me ocurre pensar ahora (antes no se me había ocurrido) que los museos de arte contemporáneo deben cuidar especialmente la amplitud de los escenarios y la mecánica formal de las representaciones que subrayen y refuercen las propias obras que, a veces, conceptual y ontológicamente puedan parecer insuficientes o áridas. De cualquier modo, y teorizaciones aparte sobre espacios museísticos, de los que debo decir que no tengo ni puñetera idea, lo que sí afirmo es que el arte contemporáneo despierta en mí, aparte de placer al contemplarlo, una mirada intelectualmente gozosa, complacida y siempre interesada. Es el reflejo de la vida de este siglo (también del anterior), y creo, honradamente, que es como es, porque ahora, no podría ser de otro modo: es la vida de aquí y ahora…
La Fotografía: No supe de quien era esta obra. No suelo fijarme en las cartelas porque no conozco a artistas contemporáneos, salvo algunas excepciones; y en definitiva da igual cualquier nombre que por mucho que quiera creer él en su arte, mi tiempo y mi memoria no alcanzarían para que fueran perdurables en ella.

Pepe Fuentes ·